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Hace 2 horas.
Dedicado a presentar argumentos para refutar las pretensiones de quienes se erigen como representantes o intermediarios del "creador del universo", y que desde esa posición ilegítima intentan dictar normas y controlar la vida de sus congéneres.
La última víctima mortal de la Inquisición |
La "fe" de Richard Dawkins (subtitulado). |
Pero si los ateos están igual de atrasados. Al final de tanta "ciencia atea", siguen creyendo lo mismo que ya creían los antiguos griegos. Para estos, todo procedía del dios Caos, que era el estado sin forma y vacío que precedió a la creación del universo o cosmos, o la "brecha" inicial creada por la separación original de los cielos y de la tierra.
La "nada tapa-agujeros" del ateo se parece mucho, si no es igual, al Caos de los griegos. Eso sí, todo revestido de lenguaje tecno-científicos y términos prestigiados artificiosamente; la misma cara con otra máscara.
Además, creer que es posible captar intelectualmente la totalidad de lo que es, está en la esfera del utopismo, pues el pensamiento holístico acaba en una ilusión, un autoengaño, es una impostura metodológica.
Hay una segunda objeción no resuelta. La ley de la entropía no parece compatibilizarse demasiado bien con el neodarwinismo. Esta ley dice que todas las cosas deben avanzar del orden al desorden. Sin embargo, la evolución biológica procede en la dirección opuesta: del orden a más orden, de lo simple a lo complejo. Basta que nos coloquemos en el primer estadio de la aparición de la vida en la Tierra y lo comparemos con el estadio actual para que en efecto comprobemos que hoy hay más complejidad. Pero en la teoría neodarwinista las variaciones son aleatorias, no direccionales (como requeriría la ley de la entropía) y por tanto no dirigidas hacia la complejidad.El tema de la entropía y su relación con la vida y la evolución del universo es complejo, pero se puede tratar en forma simplificada siempre que no se cruce la barrera que señala la siguiente frase, atribuida a Albert Einstein:
Las explicaciones deben ser tan simples como sea posible, pero no más simples.El argumento creacionista anterior cruza dicha barrera al simplificar excesivamente el tema.