Autor:
Riskov
Se trata de una pregunta que nos dirige a una respuesta: ¡El mundo fue creado por un ser! No hay otra forma de contestar esa pregunta. ¡Jaque mate, ateos!
Un argumento sencillo para demostrar la necesidad de Dios. ¿Por qué los ateos niegan esa creación y al ser que lo hizo? Pues veamos:
En filosofía (y en sus normas de la lógica) las preguntas y sus planteamientos son muy importantes, incluso más que las respuestas. Así nos enseñaron las bases de la filosofía que, en un principio, me parecieron extrañas. ¿Las respuestas son menos importantes?
No es que la filosofía desdeñe las respuestas, es que ya estableció que el resultado de un silogismo dependía de la veracidad de sus premisas, de la misma manera que la calidad de una respuesta depende de la precisión de sus preguntas.
Vamos a probar a abrir la pregunta en cuestión, de esta manera: ¿Quiénes crearon el mundo? Ahora la respuesta nos dirige al politeísmo: ¡Unas deidades lo crearon! Ya cambia la respuesta; esto nos hace ver la importancia de plantear con exactitud y precisión la pregunta.