1.- El pueblo elegido: es una idea típicamente asociada con la Biblia Hebrea, y consiste en que Dios ha entregado a ciertas tribus una tierra prometida, aunque ya esté ocupada por otros pueblos. Pero muchas sectas avalan alguna variante de este concepto. El Nuevo Testamento identifica a los cristianos como los "elegidos de Dios", y en el
Calvinismo unos pocos privilegiados han sido elegidos desde antes del principio de los tiempos. Los
Testigos de Jehová creen que 144.000 almas obtendrán un lugar especial en la vida de ultratumba. En muchas culturas se creía que ciertos linajes privilegiados y poderosos descendían directamente de los dioses.
Las sectas religiosas son tribales y divisivas porque compiten haciendo afirmaciones excluyentes acerca de la verdad y prometiendo bendiciones o recompensas en el más allá que ninguna secta competidora puede ofrecer.
"Símbolos de pandillas", tales como cortes de pelo especiales, vestimentas, señales de manos y jerga diferencian a los seguidores de los forasteros, e insinúan que los miembros del grupo son superiores.