Autor:
Bernat
Si bien es cierto que el agnosticismo es una postura prudente por parte de quien diga que no tiene suficientes datos para afirmar o negar la existencia de Dios, no es menos cierto que dicha postura dista mucho de ser racional en la actualidad. Alguien a quien no le hubieran hablado nunca de Dios no podría ser más que ateo, y sólo la influencia de la religión –sobre todo en la infancia- permite que algunos no puedan desprenderse de esa fuerza mística y misteriosa que irradia la idea de Dios.
Hay razones de sobra para negar la existencia de tal ser. Pero el respeto que infunde esa idea –una "idea-trampa"- es demasiado fuerte para algunos, que temen caer en una imprudencia al negar la posibilidad de un ente que sólo la ignorancia y la superstición pueden sustentar.
Negar la existencia de Dios no tiene parangón con negar, por ejemplo, la existencia de seres inteligentes extraterrestres. La prudencia que obliga a suspender el juicio respecto de extraterrestres es racional, ya que nosotros mismos somos los referentes existenciales de tales seres, mas no existe ningún referente existencial de "sustancia inmaterial con entidad propia" y que, además, sea capaz de crear lo material. Eso es una locura ontológica por su misma contradicción. No sólo se tendrá que explicar cómo lo inmaterial puede crear lo material, sino cómo puede existir una inteligencia, una conciencia o una mente impregnada de teleología sin soporte material y con un potencial creador infinito.