Los seres humanos inventan dioses y creen en ellos por varias razones.
1.- Tendencia a imaginar agentes invisibles que los vigilan, o "agenticidad": para nuestros antepasados era preferible equivocarse creyendo que un crujido en la hierba era causado por un depredador (agente con intención), a que era producido por el viento.
La selección natural se encargó de propagar dicho rasgo, ya que el homínido temeroso que se subía inmediatamente a un árbol tenía mayor probabilidad de reproducirse que el homínido escéptico que se detenía a examinar el fenómeno.
La agenticidad ha sido observada en los infantes. La traemos en los genes. En
este video se los muestra reaccionando a la presencia de una "princesa invisible" que los vigila.
2.- Adoctrinamiento infantil: aprovecha la facilidad natural con la que los menores aceptan las "enseñanzas" de sus figuras de autoridad, otro rasgo de origen evolutivo. Los infantes que desobedecían a los mayores y se acercaban a las serpientes o a los acantilados tenían menor probabilidad de crecer y dejar descendencia.