2021-11-22

307.- Más Polarización


Autor: Riskov

Estamos inmersos en una época que, en la vertiente socio-política, se denomina de polarización. En los extremos del arco político nos vamos situando cada vez más agrupados. En el debate público el protagonismo lo toma un bando o polo contra otro. ¿Por qué sucede esto y qué consecuencias trae?

En la respuesta a la primera cuestión están omnipresentes las redes sociales y su famosa cámara de eco. Ahora tenemos a nuestra disposición una cantidad enorme de páginas web: en forma de blogs como este, foros y redes sociales tan importantes que no requieren ser nombradas. Cada ciudadano puede navegar, ver y leer algunas páginas de su elección, la cual casi siempre coincide con su forma de pensar.

Nos gusta leer información con un estilo que reafirme nuestra cosmovisión. Huimos de discusiones internas al leer relatos que nos contradicen. ¡Infórmame de acuerdo a mi forma de pensar!

Siempre ha sido así pero ahora podemos seleccionar entre muchos más medios, lo que favorece que estos se especialicen en una cosmovisión determinada.

Y con las muy famosas redes sociales sucede algo similar y en mayor grado. Para asegurarse de nuestra fidelidad, que nos sintamos a gusto, es la propia inteligencia artificial (los cacareados algoritmos) los que seleccionan las fuentes para cada lector. De acuerdo, claro está, a sus gustos recientes.

Todo esto favorece la cámara de eco: cada consumidor (que eso es lo que somos en sociedad) tiene a su disposición información personalizada a favor de su cosmovisión.

Bueno, pues es lo mismo que ha ocurrido siempre pero, ahora, con más herramientas. Pues sí, pero no termina aquí esta cuestión. Hay más.

Se ha comprobado que, dentro de un entorno socio-político uniforme, los intercambios de opinión entre los participantes se van haciendo más extremos; hay una pugna por no parecer el más tibio, el menos comprometido. Y dentro de un entorno heterogéneo también sucede: los debates sirven más para reafirmar posiciones que para comprender al otro. Es decir, los debates fomentan la polarización. Y, actualmente, hay más posibilidades de debates.

¿Y qué consecuencias trae? Pues no buenas. Veamos.

Podemos hacer un recuento de importantes mandatarios actuales en el mundo democrático.

Putin en Rusia. Sí, ya sé que Rusia no es muy democrática, pero este hecho es responsabilidad principal del propio Vladimir.

Jhonson en UK.

Bolsonaro en Brasil.

AMLO en México.

Salvini en Italia.

Biden en EE.UU. (menos mal que hay una excepción, aunque no podemos olvidar al reciente Trump).

A lo que habría que añadir a las fuerzas extremistas que se sitúan en segunda posición en sus respectivos países, como la Agrupación Nacional de la famosa Marine Le Pen.

El problema es que esta corriente va a más. La información y debates aumentan la polarización hacia los extremos izquierda/derecha, a costa de la moderación en torno al centro político. ¿De quien eres? ¿De mi bando o del enemigo?

Podríamos pensar que estas herramientas que facilitan la información e intercambio de opiniones fomentarían la cultura, la pluralidad y, con ellas, la tolerancia. Paradójicamente, parece que sucede lo contrario. Está aumentando el pensamiento dogmático (entrada 204) y, con este, la divulgación de soluciones ideológicas y sencillas, en detrimento de otras soluciones pragmáticas, complejas y de eficacia comprobada.

El pensamiento tradicional y el posmoderno están avanzando a costa del ilustrado (entrada 244). Volver a las esencias pasadas de nuestra identidad o avanzar hacia una sociedad inclusiva de acuerdo a identidades diferenciadas con paz y amor para todos, todas y todes, constituyen recetas doctrinales que no presagian buen final.

La democracia ilustrada ofrece unos valores abiertos que ahora están en cuestión, incluso en retroceso, por otros valores más radicales que prometen superar los desafíos sociales. Los populismos polarizados tienen el caldo de cultivo propicio, tanto por la parte de las recetas populistas sencillas, demagógicas y atractivas, como por la parte de los valores radicales.

¿Pero hay solución? Pues sí, y sería muy sencilla, si quisiéramos: informarnos a través de fuentes heterogéneas y participar en debates con el objetivo de comprender otros puntos de vista, no de callar al oponente.

En la mano de todos está emplear las herramientas modernas para nuestro bien.


Entradas relacionadas

249.- Programas electorales en torno a la religión

244.- Premoderno, Moderno y Posmoderno

204.- El Pensamiento Dogmático

190.- Creyentes moderados vs. radicales



5 comentarios :

  1. Un añadido muy oportuno al escrito sería el resultado de las primera vuelta de las elecciones en Chile, con dos candidatos fuertemente polarizados que pasan a la segunda vuelta.
    No hay pronósticos claros pero, el que sea elegido, pondrá un gobierno extremista.

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  2. Tú lo has dicho: “El pensamiento tradicional y el posmoderno están avanzando a costa del ilustrado”. Esa es la consecuencia directa de la falta de inquietudes en las nuevas generaciones, y dicha ausencia de inquietudes tiene mucho que ver con la falta de curiosidad por el mundo que nos rodea, algo que la filosofía aportaba en tiempos no muy lejanos.

    En los tiempos en los que reinaba el pensamiento mágico, dirigido por las instituciones religiosas, no había necesidad de pensar: el pensamiento único se dirigía “desde arriba”; estaba prohibido “pensar”. Ahora, dichas instituciones ya no tienen el poder de adoctrinamiento que sí tenían antaño, pero no nos engañemos, la juventud ha cambiado un pensamiento mágico por otro: las nuevas tecnologías que, aunque en sí mismas no constituyan una ideología, impide un pensamiento crítico y propio al meter a todos en el mismo saco del hedonismo, la diversión, la superficialidad, el mal gusto, las malas modas, etc. Etc.

    “La necesidad agudiza el ingenio” reza el refrán, pero cuando la juventud tiene las necesidades básicas cubiertas, necesidades que para ella son diferentes a las de los adultos, como la diversión, el sexo, la comunicación impersonal a través de las redes sociales, es entonces cuando no se necesita más. El sustento económico es aportado normalmente por los padres y, en todo caso, se tienen trabajos precarios pero que solucionan el “primum vivere” de momento.

    ¿Qué necesidad tiene la juventud actual de plantearse cuestiones tan trascendentes como de dónde venimos, a dónde vamos, de qué estamos hechos, qué creó el universo, qué hay después de la muerte, etc, etc.? Ninguna. Esos planteamientos fueron sustituidos por saber qué Android es mejor y qué redes sociales son mejores o qué próximo fichaje hará el Barça para sustituir a Mesi.

    La humanidad tiene y ha tenido siempre unos problemas gravísimos, problemas que sólo pueden solucionarse a través del estudio de sus causas para hallar las soluciones, y eso sólo se consigue con ciencia y cultura, lo que antes llamábamos “ilustración”. Ilustrar a la juventud es lo que hace falta, pero eso no es posible con el tipo de sociedad que tenemos en la que, incluso, partidos como los de izquierdas, al menos en España, se despreocupan de la filosofía como asignatura y tienen que ser los profesores y plataformas en favor de dicha materia quienes reclamen al gobierno que no se deje de dar como materia obligatoria.

    La alienación que producían las religiones, ha sido sustituida por la alienación del pseudo-hedonismo que produce el mundo de las tecnologías y la consiguiente despreocupación de los problemas reales que afectan a la nueva sociedad moderna.

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  3. Bernat, sugerís "volver a la Filosofía".
    Los dos centavos (Voltaire dixit) que creo aportar, especialmente con mis nietos, a medida que fueron cumpliendo cuatro años de edad, es hacerlos memorizar el siguiente versito, Filosofía en estado puro:
    "Seis honrados profesores
    me enseñaron lo que sé.
    Sus nombres son
    ¿cómo?, ¿cuándo?, ¿dónde?,
    ¿qué?, ¿quién? y ¿por qué?"

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  4. Pues sí, Kurqueto. Es cierto que la materia de filosofía tal como está en el bachiller tan sólo es la "historia del pensamiento occidental" y nada más, pero, aparte de que da mucha cultura, de alguna manera la juventud aprende a saber que en tiempos pasados hubo grandes pensadores que cada uno de ellos aportaron su granito de arena para conseguir -a pesar de la Iglesia "Dios mediante"- un pensamiento crítico y escéptico y gracias al cual se arrinconó, precisamente, esa institución perversa que fue derrotada por la razón.

    Hoy en día, todavía hay muchas irracionalidades que erradicar: los nacionalismos, la idolatría de la lengua, el feminismo radical, el pensamiento radical de la derecha que está en contra del aborto, de la eutanasia, de la homosexualidad o que muestra una insensibilidad por ciertos derechos de los animales, el fundamentalismo islámico, etc. etc. etc.

    La filosofía no da, por sí misma, una solución a todos esos problemas, pero es una propedéutica para conseguir una victoria frente a todos esos irracionalismos.

    Si no se limita a presentar la historia del pensamiento a una cuestión memorística, y se enfoca a analizar el por qué unos han estado errados, y por qué otros han tenido razón, quieras o no, eso tiene que mejorar el pensamiento crítico y escéptico.

    La juventud de hoy todavía está en peligro de caer en irracionalismos, en modas alienantes y en otro tipo de pensamiento mágico que sustituyen las religiones de antes.

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  5. Noticia de hoy mismo en España:

    https://www.msn.com/es-es/noticias/espana/plataforma-en-defensa-de-la-filosof%c3%ada-anuncia-una-concentraci%c3%b3n-estatal-el-18-de-diciembre-por-el-portazo-a-la-materia/ar-AARaYWj?ocid=mailsignout&li=BBpm69L

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