Autor:
Riskov
Se cumplen 400 años desde que el Mayflower arribó a lo que hoy es EE. UU. Había zarpado en septiembre de 1620 de Inglaterra. La mitad de los pasajeros escapaba de la persecución religiosa; la otra mitad iba en busca de aventuras y una nueva vida al otro lado del Atlántico.
La nave transportó a 102 personas, más unas 30 de la tripulación, en un muy duro viaje de nueve semanas y media (¿Tendrá alguna relación con la película?).
Los pasajeros fueron los primeros colonos anglosajones que se establecieron en la costa de Massachusetts, formando la colonia de Plymouth; vendrían a denominarse para la historia como los Padres Peregrinos. La historiografía tradicional estadounidense ha presentado a los peregrinos como el embrión de los Estados Unidos aunque los orígenes del país resultan mucho más complejos.
El motivo de la muy peligrosa aventura fueron las diferencias entre los puritanos y la Iglesia anglicana. Aquellos practicaban una religión más fundamentalista que sus conciudadanos, incluso más que el resto de calvinistas de los cuales procedían.
Los intentos anteriores de establecerse en América del Norte habían fracasado. Jamestown, fundada en 1607, vio morir a la mayoría de sus colonos durante el primer año. Los separatistas puritanos también se enteraron de la constante amenaza de ataques de los pueblos indígenas. Pero a pesar de todos los argumentos en contra de viajar a esta nueva tierra prevaleció su convicción de que Dios quería que se fueran: "En verdad creemos y confiamos en que el Señor está con nosotros", escribieron, "y que Él prosperará con gracia nuestros esfuerzos de acuerdo con la sencillez de nuestro corazón en ello". La comunidad decidió cruzar el Atlántico hacia América, que consideraban una "nueva Tierra Prometida".
Aunque la congregación había sido dirigida por John Robinson, quien propuso por primera vez la idea de emigrar a Estados Unidos, optó por quedarse en tierra para cuidar a quienes no pudieran hacer el viaje. Al explicar a su congregación por qué debían emigrar, Robinson usó la analogía de los antiguos israelitas que salían de Babilonia para escapar de la esclavitud y regresar a Jerusalén, donde construirían su templo. "Los peregrinos y puritanos se referían a sí mismos como el Nuevo Israel de Dios". Por lo tanto, era el destino manifiesto de los peregrinos y puritanos construir de manera similar una "Jerusalén espiritual" en América.
Fue antes de echar el ancla que el pacto "Mayflower Compact" fue redactado y firmado por los peregrinos masculinos y los pasajeros no peregrinos (a quienes los miembros de la congregación se referían como "Extraños"). Entre las resoluciones del Pacto se encuentran las que establecen el orden legal y buscan sofocar los crecientes conflictos dentro de las filas.
Durante el invierno, con la tierra congelada, los pasajeros permanecieron a bordo del Mayflower, sufriendo un brote de una enfermedad contagiosa descrita como una mezcla de escorbuto, neumonía y tuberculosis. Tras ello solo quedaron 53 pasajeros, poco más de la mitad; la mitad de la tripulación también murió. El motivo de llegar en invierno es porque al zarpar en dos barcos, uno de ellos sufrió un accidente que los obligó a volver a puerto y reemprender el viaje en un solo buque, más estrechos y con muchos menos víveres. Además, tenían planificado establecerse más al sur.
Cuando pisaron tierra cayeron de rodillas y bendijeron a Dios, "que los había llevado a través del vasto y furioso océano y los había librado de todos sus peligros y miserias". Típico consuelo religioso, contradictorio, considerando que trataron de navegar hacia el sur hasta su destino planificado de la Colonia de Virginia pero los fuertes mares invernales los obligaron a regresar al norte.
La colonia de Plymouth fue el primer experimento de gobierno consensuado en la historia occidental entre individuos entre sí, y no con un monarca. Enfrentaron muchas dificultades durante su primer año en la colonia debido a un clima bastante más frío del esperado que les ocasionó hambruna y epidemias. Lograron sobrevivir en gran medida merced a las ayudas que les dieron los indígenas Wampanoag.
Sin la ayuda de estos nativos para enseñarles a recolectar alimentos y otras habilidades de supervivencia, todos los colonos podían haber perecido. Sin embargo, el diario de un colono informó: "Cavamos y encontramos más maíz, dos o tres cestas llenas y una bolsa de frijoles... En total teníamos unas diez fanegas, que serán suficientes para la semilla. Es con la ayuda de Dios que encontramos este maíz, porque de qué otra manera podríamos haberlo hecho, sin encontrarnos con algunos indios que podrían molestarnos".
Al año siguiente, celebraron la primera cosecha de otoño de la colonia junto con los pueblos indígenas, que siglos después se declaró el primer Día de Acción de Gracias. Este es el motivo de la fiesta nacional estadounidense, un evento de oración y cena para conmemorar ese evento tan necesario para sobrevivir.
¿Qué nos enseña esta historia?
Lo primero que llama la atención es la disponibilidad de un grupo muy religioso de embarcarse en una empresa altamente arriesgada, reconfortados por "la ayuda de Dios". Sin este elemento difícilmente podríamos imaginar un viaje de asentamiento que no fuera militar.
Es reseñable que su líder espiritual, John Robinson, se quedara en Europa (y aquí murió años después). Infundió ánimos a su congregación para que fueran ellos.
No obstante, no todo es elemento beneficioso para el pensamiento religioso integrista. El grupo no tendría que haberse arriesgado tanto si no fuera por el disenso causado por las diferentes corrientes cristianas en Inglaterra y Países Bajos. Además, de no ser por la ayuda de los "salvajes" indígenas, a buen seguro que habrían fallecido todos.
Otra cuestión: hay autores que justifican la mayor religiosidad en EE. UU. respecto de la cultura occidental por aquellos grupos de colonos religiosos que la empezaron a poblar. También justifican la peculiar cultura social estadounidense, en la que confían en un gran estado físicamente protector (policía y ejército) pero reclaman que ese mismo estado no intervenga en sus usos y costumbres, lo cual sí lo hace la comunidad cultural. Ese concepto de libertad es el que reclaman: "que no me diga el estado como debo comportarme ni qué tengo que creer; eso me lo dice mi comunidad". Esta característica puede provenir de las formas de organización de los primeros grupos de colonos (pactos de comunidad y la necesidad de pedir libertad religiosa para esas comunidades porque los integristas eran minoría en sus países de origen).
Fuentes
Mayflower: el escabroso legado de los peregrinos que llegaron a EE.UU. hace 400 años
Mayflower (Wikipedia)
La llegada del Mayflower al Nuevo Mundo
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Esa historia desmiente la supuesta inspiración divina de las Escrituras. Un Dios que quisiera dejar claras las cosas no permitiría nunca que sus designios fueran interpretados de tan distinta manera de modo que produjera normas tan diferentes que, a su vez, produjeran persecuciones o disidencias tan drásticas dentro de una misma comunidad.
ResponderBorrarPero ya no se trata de diferencias teológicas en sí, sino el contenido de las mismas. En ese caso, el puritanismo no tiene un origen evangélico, por lo que uno debería preguntarse cuál es el origen de esa visión tan perversa respecto del sexo que una gran parte de la Iglesia Católica y otras iglesias cristianas han fomentado evitando un bienestar y felicidad que le pertenece al ser humano por derecho propio.
El oscurantismo, tanto cultural como puritano, ha obstaculizado un bienestar a la civilización occidental durante siglos. Nada de eso se basa en los evangelios, por lo que solo cabe pensar que la Iglesia tuvo, en algún momento, intereses espurios a favor de una represión sexual.
Esa pequeña historia no sólo demuestra la ineptitud de Dios, sino de sus representantes terrenales que, en un alarde de arrogancia, se declaran únicos herederos de la sabiduría divina y, para más desfachatez, infalibles en cuestiones teológicas. Pero la historia ha demostrado todo lo contrario. Las constantes reformas teológicas llevadas a cabo por la Iglesia y, sobre todo, en los dos últimos siglos, imposibilitan mantener una misma línea doctrinal durante siglos con lo que la supuesta “Verdad” que ella siempre ha escrito en mayúscula, termina por ser, ya no una verdad relativa, sino un batiburrillo de sofismas “ad hoc” destinados a salvaguardar los intereses de la propia Iglesia antes que los de su dios.
Lo primero que llama la atención es la disponibilidad de un grupo muy religioso de embarcarse en una empresa altamente arriesgada, reconfortados por "la ayuda de Dios".
ResponderBorrarEse es otro ejemplo de cómo una creencia religiosa infundada genera sufrimiento y muerte. La mitad de los viajeros falleció antes de establecerse.
Otros casos en EE. UU. son los de leyes que les han permitido a los padres negar a sus hijos un tratamiento médico si entra en conflicto con sus creencias religiosas.
Lo que los creyentes acríticos denominan virtud...
ResponderBorrarEse elemento fue lo que me animó a escribir sobre esta historia.