Autor: Riskov
"Estaba yo perdido una noche en la selva y sólo disponía de una pequeña lucecita para encontrar el camino. De repente, apareció a mi lado un desconocido que me dijo: amigo, apaga esa luz y encontrarás mejor el camino. Señores, el hombre que me da ese consejo es un teólogo." Denis Diderot (1713-1784).
La definición básica de teología es la ciencia que trata de Dios y del conocimiento que el ser humano tiene sobre él.
Según Wikipedia, la teología, del griego theos (Dios) y logos (estudio), significaría ‘el estudio de Dios’ y, por ende, ‘el estudio de las cosas o hechos relacionados con Dios’. Es la disciplina que estudia el conjunto de conocimientos acerca de Dios, sus atributos y sus perfecciones. La teología parte del hecho de la existencia inequívoca de Dios. Es por ello que la teología no se ocupa de la demostración empírica de su existencia, puesto que da por hecho esta afirmación.
Tradicionalmente, la cultura cristiana incluyó la teología como un pilar de la filosofía. Sin embargo, son disciplinas muy diferentes, incluso opuestas, que no pueden considerarse compatibles.
Mientras la filosofía se encarga del conocimiento por medio del cuestionamiento, la duda, la rigurosidad al fijar los conceptos, la discusión y la revisión, la teología opera al contrario; parte de una premisa indiscutible, incluso dogmática (Dios existe), y su estudio trata sobre su justificación y sus características.
La pseudofilosofía se diferencia de la filosofía tal como la pseudociencia se diferencia de la ciencia: parte de un objetivo deseado y se concentra en justificarlo. La pseudofilosofía es doctrinal, con premisas determinadas e incuestionables, mientras que la filosofía no puede aceptar dogmas. Estos constituyen un elemento fundamental en la teología; por ello, se puede considerar una pseudofilosofía.
El motivo de incluir la teología dentro de la filosofía es la de otorgarle estatus intelectual. También es de suponer que los teólogos que no tengan dudas sobre la existencia de Dios, porque no lo cuestionan, consideran natural incluir esta rama del conocimiento dentro de la filosofía. No obstante, fuera del círculo de los teólogos católicos, prácticamente nadie la considera una rama filosófica.
La teología tiene la peculiaridad de que es la única disciplina que estudia a un solo ser. Y no puede discutir la existencia de dicho ser por su propia supervivencia; de no existir la deidad estudiada la teología no tendría ningún sentido.
En adelante trataremos la teología católica por ser la más desarrollada e importante, además de que es la más cercana a nuestra cultura.
La teología ha evolucionado con el tiempo. Hace siglos describía a un dios más parecido al del Antiguo Testamento: un gran y férreo líder, con enormes premios y castigos. Hoy día se ha adaptado a los nuevos tiempos y describe a un dios de amor, con sus lugares de castigo alejados y vacíos. Asimismo, la argumentación justificativa también ha variado: de utilizar como principal argumento el libro sagrado, la Biblia, ha pasado a utilizar formas de retórica filosófica y de fondo ambiguo.
Esta evolución ha tenido no pocas contradicciones importantes. No ha sido como el desarrollo del conocimiento científico en el que, con discusión, progreso, comprobación y revisión, se han perfeccionado los modelos.
Difícil es encajar algunos textos incluidos en encíclicas papales con el pensamiento católico actual. Y más difícil, por cuanto las encíclicas papales suponen una afirmación "ex cathedra", lo cual equivale a expresarse por medio divino y, por tanto, infalible. De hecho, no es posible para un Papa derogar lo expresado en alguna encíclica anterior.
Pío IX, en su Encíclica Syllabus (1864), condenó a la democracia, al liberalismo y a la libertad de conciencia, entre otros.
Inmediatamente anterior, Gregorio XVI (1831-1846), en su encíclica Mirari Vos, expresó:
"Cada vez que aparece una novedad la Iglesia es golpeada por ella"..."la libertad de conciencia es una máxima ridícula y absurda y un error venenosísimo; la libertad de prensa es execrable y jamás será suficientemente condenada y aborrecida; la libertad de ciencia, insolente".
Y un poco antes, Clemente XIV (1769-1774), en su encíclica Inscrutabili Divinae, dijo:
"Jamás ha sido arrancada la doctrina de Jesús sin perjudicar a la paz de los pueblos, ni alterar la obediencia debida a los soberanos. Entre los derechos de la Majestad Divina y los que corresponden a los Reyes cristianos, hay tal unión que cuando se observan las leyes del cristianismo se obedece sin reserva a los soberanos, se respeta su poder y se ama su persona".
¿Y cómo hace la Iglesia Católica (ICAR) para evolucionar su doctrina "ocultando" estas afirmaciones "ex cathedra"? Pues reinterpretando y perfeccionando. No es una derogación. Algo así como se expresa el Catecismo Católico que, advirtiendo que la Biblia prohíbe adorar imágenes, declara que los católicos no adoran imágenes, sino que las veneran. ¡Solucionado!
Bueno, ya que la teología estudia una especialidad podemos preguntarnos: ¿Qué verdades ha descubierto, qué conocimientos ha desarrollado?
Diderot, en sus Pensamientos filosóficos, nos ayuda:
Una religión verdadera, que interesa a todos los hombres en todas las épocas y en todos los lugares, debió ser eterna, universal y evidente; ninguna posee esos 3 caracteres. Todas, por consiguiente, han sido demostradas falsas por partida triple.
Considerando que lo único que queda bien establecido por esta disciplina es que Dios existe, lo cual coincide con la premisa inicial indemostrada, no se ha avanzado en nada. Y considerando que hay una teología por cada doctrina religiosa, que cada una desarrolla sus preceptos doctrinales, los cuales no son aceptados por las religiones ajenas, podemos concluir que no ha aportado conocimiento alguno salvo para consumo interno de cada doctrina. Por ello, se podría considerar que la teología es exclusivamente la justificación de cada religión.
No son posibles deducciones racionales universalmente válidas que partan de un hecho indemostrado y desconocido (Dios existe) y, a partir de ese punto, construyan un andamiaje doctrinal. A esto le debemos sumar que cada teología impone al ser protagonista (Dios) las características propias de su doctrina ya que, de lo contrario, la teología revolucionaría las bases de su propia religión. Queda, por tanto, un simple argumentario para justificar lo que ya predicaba cada iglesia.
Entrada relacionada: 164.- La teología
De lo que surge una frase muy apropiada para decirle a un teólogo: "Usted no sabe de Dios más que yo".
ResponderBorrarComo siempre, Riskov, te luces en tus escritos. En pocas palabras, claras y brillantes, has denunciado la inutilidad total de la teología desde el momento en que parte de la principal premisa, que no la única, indemostrada: la existencia de Dios.
ResponderBorrarY digo que no es la única, puesto que la teología se basa en otra que la sustenta tanto como la existencia de Dios. Se trata de la inspiración divina de las escrituras. Por tanto, para estudiar teología, hay que partir de la existencia de Dios y, además, afirmar rotundamente que las escrituras son “palabra de Dios”.
De la existencia de la divinidad, ya se ha hablado por activa y por pasiva. Está claro que no hay ningún argumento que lo sustente, por mucha teología apofática (¡cómo me gusta esa teología, je, je!) y no apofática que se esgrima.
Por esa razón, creo que deberíamos centrarnos en la segunda afirmación –la inspiración divina- que no deja de ser un despropósito descomunal por constituir una de las mayores peticiones de principio que todos sabemos: las escrituras son la palabra de Dios, porque lo dicen las escrituras. ¡Y se quedan tan anchos!
Veamos cómo algunas Biblias justifican ese esperpéntico hecho:
Nuevo Testamento. (B.A.C.) (Biblioteca de Autores Cristianos, por José María Bover 1962)
“La autenticidad de los Evangelios está garantizada por una prueba documental, cual no puede presentarla a su favor, ni remotamente, ningún otro escrito de la antigüedad. La integridad sustancial, exenta de notables alteraciones y especialmente de interpolaciones, la han puesto en evidencia las numerosísimas y esmeradísimas ediciones que hace más de cuatro siglos vienen haciéndose de los Evangelios: ediciones hechas con los criterios más opuestos y rígidos, todas, sin embargo, sustancialmente concordes- No es menos patente su historicidad. Es tan manifiesto el tono de lealtad y sinceridad con que hablan los evangelios, y se muestran tan bien informados en aquello que narran, que es imposible no darles entera fe. Además, la conformidad de unos con otros y la exactitud reconocida de todo cuanto ha podido comprobarse por otras fuentes, corroboran su testimonio. Y esto que todos generalmente admiten cuando se trata de hechos puramente naturales, vale igualmente cuando se trata de los milagros- Recusar entonces el testimonio de los evangelistas no nace de principios de crítica histórica, sino de puros prejuicios pseudofilosóficos.”
Antiguo Testamento. Ed. Herder 1972
“Lo que caracteriza la Sagrada Escritura y la distingue esencialmente de cualqauier otro libro es la inspiración.
Dios movió eficazmente a los escritores sagrados para componer sus obras, iluminándoles la inteligencia para que supiesen lo que había n de escribir, revelándoles lo que era necesario revelar, y asistiéndoles para que no se equivocaran y no dijeran ni más ni menos que lo que Él quería que dijesen.
Éste es el verdadero concepto de inspiración, según lo entiende
la Iglesia, apoyada en la Tradición que nos llega desde los Apóstoles. Según esta concepción, no se requiere que Dios haya revelado cada una de las palabras o frases, sino que sólo deben considerarse inspiradas las ideas fundamentales. Todo lo que se dice en la Sagrada Escritura es realmente inspirado, es palabra de Dios, en cuanto a la idea; ahora bien, la forma de expresada queda al arbitrio del hagiógrafo.
Por esta razón, que Dios movió eficazmente a los hagiógrafos,
ResponderBorrarles iluminó la inteligencia para que no dijesen sino lo que Él quería
que dijesen, Él es el verdadero autor de la Sagrada Escritura.
2. Lo que se dice de la inspiración bíblica se refiere directamente al texto original, desgraciadamente perdido. Sin embargo el
gran número de copias de todas las épocas, tan notablemente incrementadas con las descubiertas en el desierto de Judá (grutas de
Qumran), así como las versiones en casi todas las lenguas antiguas,
nos dan la certeza de que, el texto que actualmente poseemos, no
se diferencia esencialmente del que salió de las manos de los escritores inspirados (…)
¿Se puede tener más cara dura? El cinismo y la desfachatez de la Iglesia Católica no tiene límites. Y eso sucede porque hasta mediados del siglo XIX no existía mucha posibilidad de contradecir públicamente a dicha institución, quien todavía conservaba un poder considerable y amenazante.
No obstante, hay que decir que, incluso aceptando la existencia de Dios y la inspiración divina, toda la teología queda en entredicho por el simple hecho de que, según el cambio radical de la propia Iglesia en los últimos tiempos, los libros sagrados ya no pueden tomarse al pie de la letra, sino que al estar escritos “en un lenguaje figurado y metafórico” hay que interpretarlos. Y de eso, sabe mucho la Iglesia Católica, no en vano “doctores tiene la Iglesia”.
Siendo, dicho lenguaje, impreciso, confuso, contradictorio, aporético, anfibológico, etc. es de suponer que no se pueden extraer conclusiones definitivas. Sin embargo, no sólo la Iglesia las extrae, sino que algunas afirmaciones son tan contundentes que por arte de birlibirloque las convierte en dogmas incontestables.
En esas circunstancias, cabría pensar que es imposible describir a Dios y mucho menos saber cuál es su voluntad. Pero la Iglesia, inspirada, también por Dios, ha podido saber lo indecible de Dios. Dicha institución ¡sabe hasta la talla de calzoncillos que Dios usa! Cuando le interesa, sabe todo de Dios. Cuando se le pone en una encrucijada, responde con las famosas frases mágicas: “Es la voluntad de Dios”, “La mente de Dios es inalcanzable”, “los caminos del Señor son inescrutables”, “Dios está fuera de la razón”, “Dios está fuera del tiempo”, etc. etc.
Todo atado y bien atado…
…pero ya se le están desatando los zapatos.
Excelente aporte, Riskov, muy bien complementado con los comentarios de Bernat.
ResponderBorrarLa Teología y la Astrología son muy parecidas. Ambas necesitan presuponer que el objeto de su estudio existe, para a continuación, tratar de apuntalarlo de alguna forma.
En mi opinión, constituyen una vergüenza para la especie humana.
Pero hacen sentir bien, seguramente. Tener algún tipo de relación con el "creador del universo", o sentir que la vida está enlazada con los astros, debe producir una descarga agradable de neurotransmisores en el cerebro del creyente.
Hola:
ResponderBorrarUna parte fundamental del mantenimiento de la institución más antigua del mundo es la teología.
El cristianismo aprovechó el declive de la filosofía griega, aunque también adoptó elementos del neoplatonismo para el desarrollo de su teología.
Como la inteligencia ordenadora, el primer motor, Demiurgo, padre y hacedor de todo, actitud de benevolencia pero los griegos la enfocaron al universo, no a nuestra especie.
Las principales diferencias con la naciente teología es poner a un Dios con enfoque histórico, no cósmico. Que envió a su hijo en carne y hueso para que con su sacrificio tengamos vida eterna, que nos revela a nuestro Padre, un devenir no circular sino lineal, esa existencia puramente espiritual que, si somos dignos, compensa el desamor y la injusticia de lo terrenal. El fin del cristianismo.
La maldad, en vez de ser producto de la ignorancia, como decía la filosofía griega, es a causa de nuestra inclinación natural hacia el pecado dentro del LA. Ello lleva a la culpa y al arrepentimiento, sometiéndonos a la voluntad de Dios.
No en vano María dijo: "...esclava soy del Señor..."
La teología permitió a la Iglesia convivir y apoyarse con los poderes militares y financieros. Con la monarquía e incluso más adelantes con los poderes facistas. Enseñaba la sumisión de los más desposeídos, evitando en su momento que se revelaran. Dios había impuesto el orden social y ricos y pobres debían aceptarlo. Formaba parte de los requisitos para alcanzar el paraíso.
"El pobre en su guarida, el rico en su portal, Dios creó a grandes y pequeños y a cada uno les dió su lugar", así lo pronunciaban los feligreses en las iglesias en el medioevo.
La civilización sufrió muchos cambios con el paso de los siglos y la Iglesia se hizo cargo de eso mediante diversas ramas de esta pseudofilosofía como la teología de la liberación, que pone en su centro a los pobres, quienes son el centro de atención en el mensaje del evangelio. La salvación cristiana no es posible sin la liberación económica, política, social y de ideologías, conclusión necesaria para la dignidad de los seres humanos. No sólo hay pecadores solamente sino también víctimas del pecado.
Interpretación y reinterpretación de la Biblia y de lo establecido por la Iglesia.
Eaa doble dimensión psicológica, "satisfaciendo" necesidades emocionales y social, defensa del ser humano con diversas connotaciones, es en mi opinión, lo que ha permitido que la Iglesia, por medio de la teología, le haya sido posible adaptarse a cualquier cirscunstancia.
Francamente, no sé cuanto les durará todo esto.
Saludos.
En el campo de la ciencia se tiene muy claro que hay que denunciar la pseudociencia para que no se les confunda con ella. Sin embargo, no ocurre de igual manera con la filosofía; no veo que haya una divulgación para diferenciarse de la pseudofilosofía.
ResponderBorrarEntre los filósofos se entablan muchas discusiones personales que terminan por oscurecer qué es filosofía de lo que no es.
Me viene a la cabeza un sistema filosófico, el materialimo filosófico de Gustavo Bueno, que yo considero pseudofilosofía. Parte de sus propios postulados y los defiende como si fueran dogmas, contra todo argumento, porque así lo expresó el gran filósofo.
La teología funciona de manera parecida. No en vano, Gustavo Bueno era un ateo admirador de la teología católica.
¿Y qué más tienen en común? Pues un lenguaje pretencioso, oscuro, altisonante, contradictorio, autorreferencial, el cual encandila a sus afines. Y, ante los argumentos contrarios, la defensa es: "no entendéis tan altos conceptos; no estáis a la altura de nuestro gran líder". Igual la teología que el materialimo filosófico. Cosas de la pseudofilosofía.
He aquí la prueba fehaciente de que la teología es una ciencia:
ResponderBorrarTeología es la ciencia de Dios. Decimos de Dios, porque procede de El, es una ciencia cuyo objeto de conocimiento es la Divinidad: Teología se emplea para designar aquel apartado específico qu4e trata de los atributos de Dios.
La teología es una ciencia porque, como cualquier otra ciencia, ella no crea sino que descubre los hechos ya existentes. Existe teología porque tenemos una Revelación previa de parte de Dios.
De la Teología mientras que Dios es su objeto supremo de estudio. Ernest F. Kevan define la Teología con esta expresión: La ciencia de Dios según El se ha revelado a si mismo en su Palabra.
https://www.monografias.com/trabajos82/introduccion-teologia/introduccion-teologia.shtml
¡Empirismo puro!
Otra prueba “empírica” de que la teología es una ciencia:
ResponderBorrarExactamente, ni la filosofia ni la teologia (especialmente) son ciencias ya que no encuadran dentro de un marco epistemologico.
Mi nombre es Juan Carlos Gómez, soy estudiante de un seminario en venezuela, y pienso que está muy mal el desconocer que la teología y la filosofía son ciencias, aquí les dejo un poquito de buen conocimiento de un gran autor "Ivis Congar" para que logren aprehender que la teología si es una ciencia:
'''1.3 Teologia Como Ciencia''' Para mostrar el carácter científico de ciencia, antes hay que decidir el concepto de ciencia.
Si entendemos por ciencia solamente aquella disciplina caracterizada por una aproximación a la verdad (con un método y un poder sobre lo real) ligado a una gestión cuya exactitud es dirigida y verificada por una experimentación, ciertamente la Teología no es una ciencia, puesto que lo científico sería sólo lo rigurosamente verificable. Pero si entendemos como ciencia aquella discipina que pueda probar un objeto, un método propio y pueda desembocar en condiciones que se puedan comunicar a otros; en este sentido se podría hablar de ciencia canónica, ciencia bíblica, y ciencia teológica (en razón del rigor).
Santo Tomás responde manteniendo el carácter científico de la Teología basándose en dos argumentos.
1. Normalmente la ciencia tiene evidencia de sus principios, pero las ciencias cuyos principios vienen de otra ciencia superior que consigue demostrar la evidencia de aquellos principios. Hay ciencias que se basan de unos principios dados por otras ciencias superiores, de modo que no parten de la evidencia de sus principios sino que parten de unos principios que son evidentes en otras ciencias superiores. Estas ciencias sa llaman ciencias subalternas.
La Teología es una de estas ciencias subalternas que se basan en unos principios, cuya evidencia no la demuestra la Teología: son las verdades de fe. Sin embargo, hay una ciencia, superior a la Teología, para la cual los principios sí son evidentes: es la ciencia de Dios. En efecto, la visión directa de los misterios, existe en Dios y en los bienaventurados, con quienes la fe nos pone en comunión.
Por tanto concluimos que la Teología es una ciencia , una ciencia subalterna de la ciencia de Dios.
2. También cobra razón de ciencia cuando logra construir racionalmente lo revelado de tal manera que determinadas verdades se presentan religadas a otra como a sus raíces reales, se presentan religadas a una situación de consecuencia por referencia a un principio. Es decir, la Teología es una ciencia porque hay verdades-conclusiones que parten racionalmente de verdades-principios, de modo que resulte que ambas (conclusiones y principios) sean igualmente reveladas. Es decir, es ciencia porque se logra obtener unas conclusiones de unos principios revelados de tal forma que las conclusiones también se consideren reveladas.
Se logran adquirir conclusiones más allá de lo revelado formal por una elaboración teológica. Si esto no fuera así, no podríamos salir de Kerigma, y nos perderíamos gran cantidad de verdades secundarias que parten de un desarrollo racional de la revelación y que, por tanto, también son verdades. (cfr. Congar, Fe y Teología)
Pues nada, hombre, la astrología es una ciencia, el tarot es una ciencia, la homeopatía es una ciencia, el reiki es una ciencia...
Todo lo que uno quiera, es una ciencia, siempre y cuando simplemente lo diga y punto...
La teología parte de la premisa de que Dios se ha revelado a un grupo de personas, y que esa revelación divina ha quedado registrada en las escrituras sagradas. Eso es, por así decirlo, la ‘materia prima’ de la teología. El resto, es una elaboración sistemática de las doctrinas que supuestamente proceden de la revelación original.
ResponderBorrarhttp://es.pseudociencia.wikia.com/wiki/Teolog%C3%ADa
Es como construir un edificio con cimientos de 1 metro de profundidad.
Todo parte con las escrituras, inspiradas por el supuesto creador del universo a un grupo de personas que vivieron en una ínfima región del planeta después de que ya había muerto el 99% de las generaciones de seres humanos que alguna vez han existido.
ResponderBorrarEso ya debería llamar la atención de los teólogos. ¿Por qué este creador es tan incompetente? ¿Por qué ignoró a todas esas generaciones previas? ¿Por qué JC no hizo un tour mundial presentándose ante los chinos, los europeos, los africanos, los aborígenes americanos, australianos, etc.? ¿Por qué no ha vuelto a repasar su mensaje, habida cuenta de la baja penetración y del retroceso del cristianismo en el mundo, o para unificar a las decenas de miles de sectas cristianas que sostienen creencias incompatibles y en algunos casos letales, como la iglesia "Ciencia Cristiana" de Boston, que niega atención médica a los niños porque "sólo Cristo puede sanar"?
¿Cómo pueden ser tan ciegos?
Podría tener algún sentido si las escrituras contuvieran información precisa completamente inaccesible a sus autores.
Por ejemplo, sabemos que la constante Pi es un número irracional, es decir, un número real que no puede ser expresado mediante el cociente de dos enteros, y que tiene infinitas cifras decimales no periódicas.
Realizando un experimento cuidadoso con una cuerda y un objeto circular adecuado se llega a un valor de 3.14, con una pequeña incertidumbre en la tercera cifra. Una calculadora común entrega 3.14159265359. En internet existen listados con miles de decimales de Pi. Los computadores actuales han calculado miles de millones de decimales del número en cuestión.
¿Y qué dice la Biblia al respecto? Da a entender que Pi es igual a 3.
Ahora bien, qué tal si dijera algo así:
Si se divide el perímetro de un círculo por su diámetro, se obtiene un número no entero algo mayor que 3, con infinitos decimales no repetidos. En el futuro existirán máquinas que podrán calcular rápidamente muchísimos de esos decimales, y se podrá comprobar que las 10 cifras posteriores al decimal 1 millón son: 2 5 2 8 3 9 5 4 4 7. Este es un mensaje del Creador que debe ser transmitido sin alteración a las futuras generaciones.
¡Ese sí sería un texto interesante!
Un escéptico todavía podría argumentar que fue un dato proporcionado por extraterrestres, o que fue calculado por alguna civilización desaparecida, pero la "profecía" sería bastante intrigante.
No hay nada parecido en esos escritos.
Y sin embargo, los teólogos asumen que parten de una base sólida para "estudiar a dios".
Increíble.
En la teología se apela a la autoridad, Dios y su revelación, sea natural o la Biblia. La teología no debe ir en contra de la Iglesia. De hecho, el Papa ha buscado limitar a los teólogos.
ResponderBorrarSe apela a la tradición y no a la razón, la cual por supuesto, carece de solidez y luego desarrolla una especulación inútil, irrelevante en la práctica. No es necesaria para mejorar nuestras vidas.
Toman de la filosofía lo que les conviene y luego lo amalgaman con la superstición. Como lo que hicieron con el neoplatonismo.
Se usa un lenguaje no claro para intentar ocultar su irracionalidad y tergiversar lo que se adquiere de otras fuentes.
No sólo la teología adolece deshonestidad intelectual, también deshonestidad moral. Porque la teología te aisla de la realidad, en lugar de estar en contacto con ella, de las necesidades y problemas de las personas, animales y nuestra relación con la naturaleza de forma sensata.
Ah, por cierto, sólo vemos una proyección de Dios, el esbozo de Rodríguez, no estamos capacitados para cuestionar y analizar.
Por ello la teología es pseudofilosofía.
Los teólogos defienden que su actividad es ciencia; lo hacen para dar importancia a su especialidad y porque, muchos de ellos, se creen que están investigando hechos reales. No pueden cuestionar si su premisa de partida es correcta y está demostrada.
ResponderBorrarLos defensores de la homeopatía sostienen que esta es científica y que está a la misma altura que la medicina, que ellos denominan alopática. Según ellos, no hay una medicina científica donde están incluidos todos los remedios que han superado el método científico, sino que hay dos tipos de medicina: alopática y homeopática.
Ocurre también con el reiki, la acupuntura y similares. Sus defensores dicen que son ciencia porque operan a través de energías.
La teología sigue el mismo camino. Sus defensores dicen que es ciencia, aunque reconocen que no opera igual que el resto de las ciencias. Por tanto, es "otra ciencia".
Comprobamos la analogía de la teología con las pseudociencias.
Puedo entender que haya personas que crean en Dios aunque sea sólo por fe, pero lo que no puedo entender es que personas inteligentes y con mucha cultura puedan ser tan deshonestas como para poder afirmar sin ningún escrúpulo que la teología es una ciencia o que creer en Dios es razonable.
ResponderBorrarCuando leo cualquier texto teológico, o el mismo Catecismo, se me ponen los pelos de punta ante tanto cinismo, desfachatez y deshonestidad. Al final, llego a la conclusión de que esa actitud es fruto de la propia alienación que busca racionalizaciones y justificaciones desesperadas de sus propias creencias en una especie de mecanismo de refuerzo consistente en repetir como un mantra "la fe es racional, la fe es racional, la fe es racional..."
Por cierto, echo de menos a Rodríguez. Sin él, todo es más aburrido...
ResponderBorrarNecesitamos que alguien nos contradiga.
¡¡¡Rodriiigueeeeeeezzz!!
¡¡¿Ondeestássss?!!
Estudiar a Dios a partir de las escrituras es equivalente a estudiar a Superman a partir de sus historietas.
ResponderBorrarEstudiar a Dios a partir de las escrituras es equivalente a estudiar a Superman a partir de sus historietas.
ResponderBorrar¡Perfecta analogía!
De hecho, existe el Batmanismo, que difunde el "evangelio de Bruce Wayne".
ResponderBorrarSus sagradas escrituras son los comic de la serie regular, no se valen herejías de historias alternativas como los Elseworld.
Sus adeptos deben luchar con la corrupción y defender la verdad.
Los elejidos, después de la muerte, se irán a una especie de cielo, la mansión Wayne, dirigida por el mismo protagonista de este comic.
Los que rechacen esta religión se irán con cierto payaso diabólico a un desquiciante asilo...
Supongo que los Sheldom, Leonard, Howard, y Raj, de Big bang theory, pertenecen a esa secta...je,je.
ResponderBorrarEs que según Rodríguez no puede haber teología. Por eso no aparece. Está demostrando su apofatismo.
ResponderBorrarCualquier teología es una negación del apofatismo. A su vez yo encuentro al apofatismo muy similar al Tao: el Tao que puede nombrarse no es el Tao eterno... etc.
Como es arriba, es abajo, decía profundísimamente Hermes Trimegisto.
Es q no entienden la metáfora.������
Cualquier teología es una negación del apofatismo.
ResponderBorrarNo había caído en eso. Tienes razón. La teología trata de lo que es Dios, pero si la teología de la negación sólo puede decir lo que no es Dios, hay una contradicción flagrante.
Quizás estemos en una situación de dos teologías, cada una de ellas con sus adeptos.
La teología negativa o apofática reconoce la imposibilidad o la incapacidad del ser humano de acceder al objeto de su interés, lo que anela conocer.
ResponderBorrarPuede decirse entonces que la teología es negativa cuando pone en manifiesto la ausencia de Dios en la historia del ser humano. Cuando se reconoce su silencio, cuando no se descubren sus signos.
De ser así, algo que contradice lo expuesto por Esteve.
Digo, si es apofático con respecto a Dios, ¿cómo no reconoce que eso no va de acuerdo con los evangelios, por ejemplo?.
Justamente, es la negación total del evangelio joánico, muy especialmente.
ResponderBorrarEs otra teología.
Porque decir que el verbo vino en la carne y etc., y toodo lo que allí se dice que Jesús dijo de sí mismo, el padre y yo uno somos, etc., es pésimo apofatismo, y la teologia apofática es muy otra.
Si el evangelio joanico es no yavista por definición ( Yave no tiene hijo de condición divina, blasfemia total para un judío), la teología apofática es la negación de Juan. Usted no puede decir que al principio era el verbo, y que vino en la carne. Usted, apofáticamente, tiene que eludir semejantes definiciones.
Decir que un dios existe porque nunca lo vimos, porque de el nada podemos decir, y luego decir que el asunto es que este dios indescifrable es el de "adeveras" justo por eso... Rodríguez, le vendieron un delirio intelectualizado...
Lo que no sé, tengo que creerlo, porque como no lo sé...
En el cristianismo tenia que creer usted en misterios que justificaban la divina parálisis ante el mal.
Aqui cree en lo que no sabe, justo porque no lo sabe.
Un libro de teologia:
No se. Creo.
Pero cuál es su "credo"....?
No sé, porque si sé, no puedo creer.
Los apologistas religiosos están atrapados.
ResponderBorrar- Si defienden a un dios con los atributos típicos (omnipotencia, omnibenevolencia, etc.) que castiga a los ateos, caen en contradicciones insalvables.
- Si defienden a un dios incognoscible que no castiga a los ateos, caen en la irrelevancia.
El "dios incognoscible" es una treta para blindar a dios de la refutación. Pero no es gratuita: el costo que se paga es la irrelevancia.
Vale, entonces la idea de Dios o es incoherente, como un triángulo cuadrado, o es intrascendente, como "la memoria del agua", no se puede demostrar que no existe, pero de todas maneras es inútil plantearla.
ResponderBorrarAqui cree en lo que no sabe, justo porque no lo sabe.
ResponderBorrarUn libro de teologia:
No se. Creo.
Pero cuál es su "credo"....?
No sé, porque si sé, no puedo creer.
San Agustín decía: "credo ut intelligam" "creo para entender" anteponiendo la fe a la razón. Es una clara muestra de la irracionalidad.
Por cierto, buscando esa frase de San Agustín, me he encontrado ese comentario:
ResponderBorrarLa fe, dice San Agustín, es el comienzo de una existencia buena y santa, y por ella merecemos la vida eterna. Rápidamente recuerda el Santo Doctor dos características de la fe: es un don otorgado gratuita e inmerecidamente; y es el más grande de los dones que Dios nos ha regalado, pues nos pone en una dimensión única e incomparable, cual es la participación en la vida de Dios.
En el Catecismo se dice:
La fe es una gracia
153 Cuando san Pedro confiesa que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios vivo, Jesús le declara que esta revelación no le ha venido «de la carne y de la sangre, sino de mi Padre que está en los cielos» (Mt 16,17; cf. Ga 1,15; Mt 11,25). La fe es un don de Dios, una virtud sobrenatural infundida por Él. «Para dar esta respuesta de la fe es necesaria la gracia de Dios, que se adelanta y nos ayuda, junto con los auxilios interiores del Espíritu Santo, que mueve el corazón, lo dirige a Dios, abre los ojos del espíritu y concede "a todos gusto en aceptar y creer la verdad"» (DV 5).
154 Sólo es posible creer por la gracia y los auxilios interiores del Espíritu Santo
Si la fe es un don otorgado por Dios, ¿cómo es posible que se exija la fe para la salvación si dicha fe nos “viene dada” por el propio Dios?
Leyendo el Catecismo, me encuentro constantemente locuras como ésta.
Esto me recuerda una contradicción análoga que nos expuso hace un tiempo un participante sacerdote. Decía que la castidad era un don de Dios. Era la forma de justificar una conducta antinatural y forzada.
ResponderBorrarPero, o es meritoria o un don de Dios. Si alguno la incumple, podrá decir que no tiene el don de Dios. Sería injusto hacerle sentir mal por ello.
Y el que tiene el don no tiene mérito personal, sino que Dios lo ha elegido. Así no tiene que hacer esfuerzos.
¿Y por qué no ha elegido al otro? ¡Ah!, misterios.
Lo que sabemos históricamente es que la castidad se impuso para disminuir el nepotismo en Roma e independizar a los cardenales. En los primeros siglos no se imponía. Después, los teólogos tienen que justificar la norma. Esto lo hacen muy bien, es su profesión, la de justificar.
Pues no sabía eso. Yo creía que la castidad le interesaba a la Iglesia por una cuestión de economía: los sacerdotes que no tienen familia ni hijos son más baratos, más fáciles de mantener que lo contrario.
ResponderBorrarMás contradicciones:
ResponderBorrar50 Mediante la razón natural, el hombre puede conocer a Dios con certeza a partir de sus obras.
Si con la razón se pude conocer con certeza a Dios, ¿cuál es el sentido de la fe?
Pero existe otro orden de conocimiento que el hombre no puede de ningún modo alcanzar por sus propias fuerzas, el de la Revelación divina (cf. Concilio Vaticano I: DS 3015).
Si no puede el hombre alcanzar de ningún modo la revelación divina, ¿cómo sabe que hay revelación divina?
144 Obedecer (ob-audire) en la fe es someterse libremente a la palabra escuchada, porque su verdad está garantizada por Dios, la Verdad misma. De esta obediencia, Abraham es el modelo que nos propone la Sagrada Escritura. La Virgen María es la realización más perfecta de la misma.
“Someterse libremente” ¿No es, acaso, un oxímoron?
150 La fe es ante todo una adhesión personal del hombre a Dios; es al mismo tiempo e inseparablemente el asentimiento libre a toda la verdad que Dios ha revelado.
¿No habíamos quedado que la fe era un don gratuito que Dios entregaba al hombre?¿Cómo un don o un regalo que procede de Dios puede ser al mismo tiempo una adhesión personal y un asentimiento libre a Dios?
154 Sólo es posible creer por la gracia y los auxilios interiores del Espíritu Santo. Pero no es menos cierto que creer es un acto auténticamente humano.
¿Alguien puede entender cómo puede ser posible creer en Dios por la gracia del Espíritu Santo y a la vez que eso sea un acto humano?
155 En la fe, la inteligencia y la voluntad humanas cooperan con la gracia divina: «Creer es un acto del entendimiento que asiente a la verdad divina por imperio de la voluntad movida por Dios mediante la gracia» (Santo Tomás de Aquino, S.Th., 2-2, q. 2 a. 9; cf. Concilio Vaticano I: DS 3010).
ResponderBorrar¿No es, eso, un trabalenguas que al final no dice nada?
156 El motivo de creer no radica en el hecho de que las verdades reveladas aparezcan como verdaderas e inteligibles a la luz de nuestra razón natural. Creemos «a causa de la autoridad de Dios mismo que revela y que no puede engañarse ni engañarnos». «Sin embargo, para que el homenaje de nuestra fe fuese conforme a la razón, Dios ha querido que los auxilios interiores del Espíritu Santo vayan acompañados de las pruebas exteriores de su revelación»
¡¡Uff!! ¿Os imagináis que la ciencia hiciera lo mismo y creyésemos en los científicos sólo por su autoridad en lugar de demostrar lo que descubren?
Menos mal que luego viene la artillería pesada encarnada en el E. Santo y nos lo aclara todo…
156(…)(ibíd., DS 3009). Los milagros de Cristo y de los santos (cf. Mc 16,20; Hch 2,4), las profecías, la propagación y la santidad de la Iglesia, su fecundidad y su estabilidad «son signos certísimos de la Revelación divina, adaptados a la inteligencia de todos», motivos de credibilidad que muestran que «el asentimiento de la fe no es en modo alguno un movimiento ciego del espíritu» (Concilio Vaticano I: DS 3008-3010).
Qué curioso que todo eso me haya producido el efecto contrario: no sólo no creo en los milagros, sino que todo el tinglado de la Iglesia me hace ver que la revelación no existió.
157 La fe es cierta, más cierta que todo conocimiento humano, porque se funda en la Palabra misma de Dios, que no puede mentir.
Si eso no es una petición de principio, ¿qué es? O sea, que creemos en Dios por una fe que es cierta porque procede de Dios.
159 Fe y ciencia. «A pesar de que la fe esté por encima de la razón, jamás puede haber contradicción entre ellas. Puesto que el mismo Dios que revela los misterios e infunde la fe otorga al espíritu humano la luz de la razón, Dios no puede negarse a sí mismo ni lo verdadero contradecir jamás a lo verdadero» (Concilio Vaticano I: DS 3017). «Por eso, la investigación metódica en todas las disciplinas, si se procede de un modo realmente científico y según las normas morales, nunca estará realmente en oposición con la fe, porque las realidades profanas y las realidades de fe tienen su origen en el mismo Dios. Más aún, quien con espíritu humilde y ánimo constante se esfuerza por escrutar lo escondido de las cosas, aun sin saberlo, está como guiado por la mano de Dios, que, sosteniendo todas las cosas, hace que sean lo que son» (GS 36,2).
ResponderBorrarYa no se puede barrer más para casa de forma tan flagrante: “La fe está por encima de la razón”, está claro.
La libertad de la fe
160 «El hombre, al creer, debe responder voluntariamente a Dios; nadie debe ser obligado contra su voluntad a abrazar la fe. En efecto, el acto de fe es voluntario por su propia naturaleza»
Según eso, el hombre es libre de creer o no creer, no obstante, en el artículo siguiente se dice lo contrario:
La necesidad de la fe
161 Creer en Cristo Jesús y en Aquel que lo envió para salvarnos es necesario para obtener esa salvación (cf. Mc 16,16; Jn 3,36; 6,40 e.a.). «Puesto que "sin la fe... es imposible agradar a Dios" (Hb 11,6) y llegar a participar en la condición de sus hijos, nadie es justificado sin ella, y nadie, a no ser que "haya perseverado en ella hasta el fin" (Mt 10,22; 24,13), obtendrá la vida eterna» (Concilio Vaticano I: DS 3012; cf. Concilio de Trento: DS 1532).
¡¡De qué manera la libertad de la fe se ha ido al carajo!!
Muy interesante y trabajada refutación de la pseudofilosófica teología.
ResponderBorrarQueda muy claro para todas aquellas personas que usan la razón.
Y eso tan sólo es una pequeña muestra. Si leyéramos todo el Catecismo, que ocupa seiscientas y pico de páginas, os podéis imaginar lo que encontraríamos.
ResponderBorrarEs preciso mantener en pie a la institución de la cual viven y obtienen poder: esa es la primera prioridad. La verdad, la razón y la justicia son secundarias.
ResponderBorrarPor eso se esconden los abusos deshonestos. Sólo se aceptan los casos extremos, porque sirven como ejemplo de honestidad.
Y por eso escriben todas esa verborrea inconsistente pero docta en apariencia. Necesitan una base doctrinal para autoconvencerse y para impresionar a la masa crédula.
"La verdad, la razón y la justicia son secundarias."
ResponderBorrarEso mismo lo denunció el obispo de Saltillo al decir que El Vaticano y sus cardenales persiguen con el mayor celo la práctica homosexual o el aborto, mientras por otra parte destaca la hipocresía católica de guardar silencio ante verdaderos crímenes como son las "desapariciones forzadas" tan habituales en México o los salarios de miseria y la explotación laboral.
Cuando el aborto puede ser una opción válida para que una pareja pobre no tenga que incurrir en gastos y deudas, habiendo oportunidad de criar con calidad a sus hijos en vez de hacerlos vivir miserias. Justicia social.
Ahora el cambio en el catecismo ha desatado polémica. Si en realidad la doctrina fuese inmutable, la posición ante un asunto doctrinalmente establecido nunca podría variar.
ResponderBorrarLo curioso es que hay algunos que dicen: como no puede haber variaciones, cada cosa nueva debe ser interpretada a la luz de lo anterior y en consonancia con el mismo.
Hay grupos muy "selectos" dentro de la iglesia que tanto como adoraban a Wojtila aborrecen a Bergoglio. Desde luego su inveterada hipocresía les impide decirlo pero se les nota.
De todas formas es huero congraciarse porque Peroglio es mas "progre". Es el mismo cuento de siempre, y la misma vieja mentira. Adórnenla como quieran ellos. Por supuesto que quieren calafatear el roñoso barco!! Si de eso viven
Así es, Warlus.
ResponderBorrarHe aquí otra prueba más de las acomodaciones "ad hoc" que se hacen desde la Iglesia.
De cómo un cura dice que al Antiguo Testamento no hay que hacerle caso:
https://www.youtube.com/watch?v=g0lae4jhnaI
basta escuchar a partir del minuto 9
De cómo ese mismo cura hace malabarismos y elimina el paraíso terrenal
ResponderBorrar(A partir del minuto 12)
https://www.youtube.com/watch?v=PnbKD4-Yht0
Es hábil el cura del video. Hábil y elocuente, pero deshonesto.
ResponderBorrarAquí está su jefe, demostrando una vez más que no tienen conexión alguna con el dios que dicen representar.
Pena de muerte: Últimas Noticias
"Por tanto la Iglesia enseña, a la luz del Evangelio, que «la pena de muerte es inadmisible, porque atenta contra la inviolabilidad y la dignidad de la persona» y se compromete con determinación a su abolición en todo el mundo".
ResponderBorrarUno se pregunta por qué, si ahora es inadmisible a la luz del Evangelio, no lo era hace cien, doscientos o trescientos años si el Evangelio es el mismo.
La teología se adapta a los tiempos interpretando los textos originales de otra forma, sin adoptar nuevos datos ni conocimiento.
ResponderBorrarEsta es otra señal de que se trata de una pseudofilosofía.
Esta es otra señal de que se trata de una pseudofilosofía.
ResponderBorrarY esa es otra señal de que el barco se hunde.
En referencia al texto del seminarista, yo creyendome que soy teologa, pero si la definición que dais y la que él da es la correcta no lo soy, porque no dudo de esa definición.
ResponderBorrarPrimero habria que buscar la definición de fe, podría ser creencia sobre la que no existen pruebas, así que si las verdades de la fe son las que convierten a la teologia en ciencia, todas las creencias sobre las que no existan pruebas son ciencia, habria que reorganizar toda la ciencia para dejar entrar a la teologia.
Además está afirmación es apoyada por la ciencia de dios, para poder opinar o rebatir este punto deberiamos analizar cada uno de esos misterios porque decir misterios y echarse a dormir es generalista y oscuro, eso es como no decir nada, además debe nombrar exactamente a los bienaventurados, que inconcrecion.
Cobra razón de ciencia por lo revelado, y por el oro que sacan discerniendo lo revelado, como ya os lei a algunos, los debates de los creyentes no son para hallar la verdad de esos textos ni de nada, son para justificar la premisa inamovible de que dios existe, partiendo de un hecho inamovible y falso presupongo discursos vacios, así que si a partir de esos discursos sacan conclusiones que no valen para nada, y eso es lo que hace que la teologia sea ciencia, deben esforzarse mas porque suena todo a bla bla bla
Para empezar y como muchos teólogos son todo lo contrario a personas sin conocimientos, saben o deberían saber, que esas revelaciones son una amálgama de diferentes pueblos, de distintas creencias, de diversas épocas, eso como poco, así son los libros sagrados donde se encuentran esas revelaciones, no son mayoritariamente ni originales ni propios y en la mayoria de ocasiones atrás queda su halo de revelación si se ve dentro del contexto histórico de la época del escrito y sus circunstancias, no es que jesus se revelara como un mesías hijo de dios, es que en su época y creo que ahora tambien la religion judia es una religion mesianica, y en el siglo I por circunstancias tales como el sometimiento de Israel a pueblos conquistadores una y otra vez, mas mesianicos eran aun, en ese siglo confluyen junto con el al menos 9 mas de igual importancia entre sus contemporáneos, no hay tal revelación, solo algo que pasaba con normalidad en ese siglo y en esa religion.
Adquirir conclusiones mas alla de lo revelado, esa frase es la que hizo el cristianismo, no jesus, que a grandes rasgos solo era un anunciador del fin del mundo, y que al morir dejaba demostrado que no tenia razón porque no hubo fin del mundo, ya que el que anunciaba era inminente en esa generacion por tanto que no había mesías, repensando aparecio el cristianismo, explicación simplista por mi parte.
Y si Jack una revelación en una infima region y condenando a miles de generaciones de sapiens sapiens, quería dar la gran sorpresa y hacerles un corte de manga a los muertos de los anteriores miles de años.
Una religión verdadera, que interesa a todos los hombres en todas las épocas y en todos los lugares, debió ser eterna, universal y evidente; ninguna posee esos 3 caracteres. Todas, por consiguiente, han sido demostradas falsas por partida triple.
Que bien hilada esa reflexión, al menos no sería un cúmulo de cabos sueltos infumables.
Y si, el nuevo testamento es muy neoplatonico, había muchos judios con educación helénica , como Pablo de tarso, que es definitivamente el mejor vendedor de la historia, si me interesara el marketing adoraria a ese hombre.
Y son tan interesantes todo lo que os leo que os comentaria a todos.
Los textos que aporta bernat,
Nuevo Testamento. (B.A.C.) (Biblioteca de Autores Cristianos, por José María Bover 1962)
En ese niego la mayor y os remitiria a un análisis de un historiador no confesional.
https://youtu.be/d-_fi9_T0V8
Antiguo Testamento. Ed. Herder 1972
En este vuelvo a negar la mayor y os remitiria a otro video
https://vimeo.com/36852682
Este sería el primeiro de 4 videos que analizan el antiguo testamento tomando como base la arqueologia.
Mis dos centavos (como suele decir Voltaire):
ResponderBorrarTeología es esa extraña labor intelectual, que le hace decir a la biblia lo que la biblia no dice. Y al mismo tiempo, para peor, sostiene que la biblia no dice lo que la biblia sí dice.
Muchas gracias al blog por publicar estas historias que nos ayudan a reflexionar, bendiciones para todos y sigamos con el alama y el corazón lleno de fe y amor.
ResponderBorrarAna, Anita, mi amor, creo que le estás rezando al blog equivocado.
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