2017-07-12

189.- ¿Por qué es necesaria la cultura?


Autor: Bernat

Antes de contestar a tal pregunta, debo aclarar a qué tipo de cultura me refiero. Cuando se dice de alguien que "tiene mucha cultura", normalmente solemos entender que tiene muchos conocimientos en todos los campos, un bagaje cultural amplio, por haber estudiado o leído mucho. Puede que dicha persona tenga muchas carreras universitarias y sea capaz de hablar con conocimiento de causa de muchos y variados temas. En Occidente, al menos, entendemos que es fundamental tener cultura, cuanta más, mejor. Los sistemas educativos están encaminados a ofrecer a los niños y adolescentes la cultura y los conocimientos fundamentales que debe tener como mínimo toda persona en una sociedad desarrollada. Pero, ¿por qué es tan importante la cultura?

Si se nos estropea nuestro auto, acudimos a un mecánico, esto es, a una persona que supuestamente entiende de mecánica de vehículos, que conoce la relación de causas y efectos de un sistema como el de un auto, por lo que fácilmente podrá descubrir la causa de la avería y subsanarla.

La humanidad en conjunto es un sistema completamente averiado. Desde que el homo sapiens apareció en nuestro planeta, un montón de problemas de toda ralea han ido acompañando la evolución de los homínidos, hasta la llegada del homo sapiens sapiens. Hoy en día, lejos de encontrarnos en una sociedad ideal, nos topamos con enormes problemas que en principio deberían haber desaparecido. Sólo la tecnología y la evolución del pensamiento occidental, que paulatinamente ha ido abandonando el oscurantismo al que fue sometido durante los dos mil años de cristianismo en sus diferentes versiones, han dado la sensación de una considerable mejora en nuestro planeta. No obstante, nos cansamos de ver atentados terroristas, injusticias, guerras, masacres, genocidios, hambre, violaciones de derechos humanos, etc.

La humanidad sigue estando estropeada, averiada... Saber las causas de todos esos graves problemas es imprescindible para solucionarlos. ¿Y qué conocimientos deberíamos tener para reparar los desajustes de la sociedad humana? Entender los problemas de la humanidad pasa por saber su evolución desde la antropología. Ésta necesita de la arqueología, que, a su vez, necesita de las lenguas muertas, de la criptografía, etc. Pasamos a la historia en general para llegar a la sociología, que no puede prescindir de la psicología. La sociología no puede estudiarse sin tener en cuenta la economía, la política y los diferentes sistemas de desarrollo. El comportamiento individual del ser humano debe estudiarse desgraciadamente en demasiados casos desde la psiquiatría, y ésta no puede desarrollarse sin la neurología. La medicina y la ciencia en general cambian el pensamiento humano haciéndole cambiar, también su comportamiento, sus costumbres, y muchas actitudes que antaño consideraba acertadas. La filosofía ha tenido un peso enorme a la hora de analizar todos esos problemas y podría decirse que es la guinda que culmina el pastel a la hora de entender la problemática humana.

Por lo tanto, la cultura sirve para "solucionar los problemas de la humanidad". Pero hay un problema. No siempre las personas más cultas son las que pueden dar una mejor solución a dichos problemas. Ello supone una contradicción o una incoherencia sobre la argumentación desarrollada en este artículo.

Para entender tal desajuste, hay que diferenciar entre lo que yo llamo "cultura teórica" y "cultura práctica o útil".

Muchas personas cultas sólo utilizan su cultura para transmitirla a los demás. Profesores, maestros, académicos, escritores, literatos, etc., con un gran potencial cultural, representan a dichos "transmisores de la cultura". Otros, son ganadores de concursos culturales televisivos contestando un sinfín de preguntas que la mayoría de los telespectadores desconoce. El ciudadano de a pié se maravilla ante personas tan cultas que son capaces de saber qué número de pie calzaba el rey Felipe II cuando tenía doce años, o qué pintor usaba medias rojas cuando pintaba el retrato de la esposa del Duque de Cantimplora.

La cultura, por consiguiente, no es suficiente para reparar las averías de la humanidad. En muchas ocasiones, la cultura puede estar condicionada y mediatizada por otros factores culturales tales como la religión, la tradición, los nacionalismos, los esoterismos varios, la superstición y otros factores que pueden anular la eficacia de la cultura.

Existe, por tanto, una cultura limpia y exenta de influencias negativas, objetiva y racional, que sí puede dar soluciones. Es la cultura útil o pragmática que analiza a la humanidad desde todas las vertientes sin dejarse manipular por factores alienantes que nublan el pensamiento crítico y racional, que es el único que puede ofrecer un camino hacia la mejora de la humanidad.

No puede haber avances ni científicos ni sociológicos donde se ponen barreras al conocimiento. Saber la verdad, toda la verdad sobre el Universo, nuestro mundo y sobre la vida tanto humana como animal, es un requisito "sine qua non" para poder entender toda la problemática que atañe al homo sapiens sapiens.

Mientras haya religiones, esoterismos, sentimientos nacionalistas, sentimientos etnocéntricos, tradiciones irracionales, superstición, fanatismos tanto religiosos como esotéricos, políticos o deportivos, etc. no habrá avances en lo social y humano.

La cultura objetiva es aquella que es capaz de analizar los problemas humanos sin tapujos, desde la verdad -sea ésta la que sea-; la que se enfrenta con valentía a las cuestiones más difíciles sin rodeos alienantes y sin dar palos de ciego.

Sólo sabiendo la verdad podemos dar soluciones. Sapere aude (atrévete a saber), decía Kant. Y sólo la ciencia en su afán por saber la verdad –acompañada de la filosofía pragmática- puede dar soluciones a ese hombre que, desgraciadamente Hobbes definió como "homo, homini lupus".

Eliminar las creencias irracionales como barreras a la verdad, es condición indispensable para desarrollar el pensamiento crítico, racional y científico, que es el único que puede mejorar la especie humana hasta cotas hoy desconocidas.

Ese artículo es un complemento a los publicados acertadamente por Riskov sobre el Islam y por Jack sobre el "relativismo moral". Aceptar ciertas culturas y tradiciones "por respeto" puede ser un grave error. El respeto no tiene cabida ante las barreras que se ponen al avance social y científico. El espíritu crítico necesita total y absoluta libertad para desarrollarse y poder alcanzar la verdad, esa verdad tan necesaria que ha sido secuestrada durante tantos siglos por los impostores de la "Verdad" en mayúsculas.


2 comentarios :

  1. Yo creo que tienes toda la razón, pero como saber quien es el que de verdad tiene la cultura real. O la que dices que es la que le sirve a la humanidad, siendo que sabemos que si yo se de algo mucho esto no significa que tenga la razón en todo. El problema sería como encontrar a los sabios que de verdad son sabios.

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  2. He querido dejar claro a qué cultura me refiero: a todos aquellos conocimientos que ha humanidad ha adquirido a través de los tiempos y que damos todos como válidos por considerarlos científicos. La historia, la antropología, la arqueología, la psicología, la sociología, la neurología, la física, la química, la astrofísica, la ingeniería y todo aquella que constituya en sí conocimiento verdadero. Poner en duda todas esas ciencias hoy en día no tiene sentido. La ciencia es lo que yo llamo "autodemostrable", no hay que tener fe en ella porque ella misma nos presenta las pruebas.

    A partir de dichos conocimientos se llega a ciertas conclusiones incuestionables de las que parten otras premisas que para muchos pueden ser inaceptables por sus creencias que les impiden aceptar la verdad por su crudeza. Pero el hombre no puede esconder la cabeza debajo el ala si no quiere seguir viviendo en el oscurantismo y en el placebo engañoso del mundo de la fábula, la ficción, el esoterismo o la metafísica teológica.

    La verdad es la única puerta que puede dar solución a los problemas de la humanidad, y debatir si esa "verdad" es real o verdadera, insisto, no es más que un diálogo de besugos. Sólo aquéllos que no quieren aceptar la realidad porque va contra sus creencias ponen en duda el mundo científico porque les echa abajo todo el tinglado montado sobre las fantasías especulativas del mundo irracional.

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