2022-11-18

 336.- ¿Tenemos la actitud intelectual adecuada? (I)


Autor: Riskov

En los medios podemos encontrar muy diferentes puntos de vista para defender toda clase de creencias. Unos discuten con otros porque cada uno tiene su razón. ¿En esa refriega qué postura hemos de adoptar? Veamos:
  • Todos tienen razón. Cada cual construye su verdad. Es la propuesta del constructivismo, corriente filosófica inspirada en el posmodernismo.

  • Cada uno tiene su parte de verdad y todas valen lo mismo. La verdad es relativa. ¡Demasiado relativismo para el cuerpo!

  • La verdad no existe. ¡Larga vida al nihilismo!

Ninguna de las anteriores seguimos en este blog. Con cualquiera de ellas no podríamos progresar en el conocimiento. La verdad no existe, es relativa, cada persona construye la suya… Son postulados incompatibles entre sí.

Los que reconocemos que la sociedad ha ampliado el conocimiento por la aportación de muy diversos autores, gracias a los cuales sabemos más que antaño y que, con ello, hemos mejorado nuestro estándar de vida (mayor esperanza y calidad de vida), comprobamos que dicho conocimiento es útil y nos acerca a la realidad. No significa que poseamos la verdad pero sí vivimos mejor por nuestra adaptación a lo real y a sus condiciones.

Si los resultados son buenos tendremos fundamentos para asegurar que el camino escogido es el correcto. ¿Y cómo se ha conseguido la acumulación de conocimiento? Pues gracias al pensamiento lógico-racional y, más modernamente, al método científico. Por el contrario, el relativismo, el nihilismo y ahora el posmodernismo no han aportado ningún fruto de relevancia a la mejora de la sociedad. Más bien al revés…

El pensamiento lógico-racional se basa en la búsqueda de conclusiones lógicas a donde nos lleve la razón, sean cuales sean, sin predeterminar, aunque no nos gusten. Aquellos que cuestionen la razón no podrán defender que el ser humano pueda progresar.

El método científico se basa, muy resumidamente, en el análisis sistemático y comprobación entre multitud de equipos con el objetivo de disminuir los sesgos personales. Análisis de la realidad de manera objetiva o, al menos, intersubjetiva.




¿Y cual debe ser la actitud frente a las creencias? Pues el escepticismo. ¿Y qué es ser escéptico? De acuerdo a la RAE escéptico es el que duda o desconfía de la verdad, eficacia o posibilidades de algo, especialmente de las creencias comúnmente admitidas.

Nos podría servir para situarnos, aunque, como tantas otras definiciones resumidas, pueda pecar de imprecisa. Yo matizaría en la expresión “el que duda o desconfía de la verdad” que esta se refiere a las presuntas verdades que bien podrían ser falsedades.




El escepticismo racional se basa en el cuestionamiento de todo, comenzando por las propias convicciones. No es cuestionar solo a los demás, como tantos practican. Eso sí, el escepticismo del sistema lógico-racional distingue entre calidad de argumentos y selecciona los mejores para defenderlos; estos ya no tendrán que cuestionarse a diario. Al menos, hasta que se obtengan mejores datos. Bien entendido que no nos referimos al escepticismo radical, aquel que cuestiona todo, todo el tiempo, hasta los fundamentos básicos admitidos.




Ahora bien, hay foros en la web donde se nos acusa de pseudoescépticos a los que empleamos el sistema de pensamiento descrito, es decir, de pretender parecer escépticos sin serlo realmente. Este es un tema interesante en el que quiero profundizar. Para ello, os emplazo a la segunda parte de este humilde escrito.


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26 comentarios:

  1. Esta noticia de hace dos años explica muy bien el fenomeno actual y posiblemente futuro cercano de las religiones organizadas.

    https://www.youtube.com/watch?v=NxfEfnjPbE8

    Y gran articulo Riskov, muy interesante esperar a la segunda parte de el con ansias.

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    1. Gracias Keywer-Univenture.

      La segunda parte va a ser más puntiaguda y menos filosófica. Tratará de dar respuesta a críticas infundadas encontradas en la red.

      Veré el vídeo propuesto, que solo son 5 minutos.

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    2. Pense que la segunda parte ahondaria mas en la parte filosofica tratando de responder a ciertas personas intelectuales tienen esta discrepancia de considerar al esceptcismo racional, como parte del escepticismo.

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    3. No conozco esa discusión, la de no considerar al escepticismo racional como parte del escepticismo. ¿Quien podría defender esto? Supongo que un escéptico radical. Pero estos no pueden explicar como progresa la sociedad y dominamos a la naturaleza.

      Mientras un escéptico radical no justifique lo anterior no le daré credibilidad.

      La siguiente entrada tratará sobre foros conspiranoicos donde se nos acusa de no ser escépticos con las "versiones oficiales". Ellos están en contra de todo conocimiento, se apuntan a cualquier conspiranoia, y se consideran los verdaderos escépticos, si bien no lo son respecto de sus ocurrencias infundadas.

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    4. Yo creo que, de la misma manera que la naturaleza dota a unos de más capacidad de raciocinio o de inteligencia que a otros, también hay una capacidad innata de ansias de conocimiento y de saber la verdad. Dicha capacidad se vislumbra en unas personas más que en otras a través de sus inquietudes, sus ganas de aprender o de saber la verdad hasta las últimas consecuencias. Pero ya sabemos que no siempre las ganas de saber la verdad están libres de obstáculos, sino que demasiadas veces las creencias religiosas, esotéricas o de otra índole, engañan al propio sujeto haciéndole creer que toma el camino adecuado, cuando es todo lo contrario. Los adoctrinamientos, en general, sean religiosos, políticos, deportivos, impiden buscar la verdad hasta el final y, por el contrario, alejan al sujeto de la posibilidad de hallarla.
      Ya hemos hablado en otras ocasiones de las disonancias cognitivas, de la sugestión o autosugestión, en definitiva, como fruto de la alienación a la que someten las creencias en general. A día de hoy, hay que añadir otro fenómeno nuevo que no tiene nada que ver con creencias religiosas o políticas y, sin embargo, da mucho que hablar. Se trata, como bien apunta Riskov, de ese esperpéntico “posmodernismo” en el que cabe todo y, a la vez, se rehúsa todo. A la par, surgen los llamados “conspiranoicos” o individuos que, según la propia psicología, pretenden estar por encima de los demás esgrimiendo teorías que van contra el sentido común, lo que les da un matiz de originalidad y de “personalidad”. Pero nada más lejos de la realidad. Como todos sabemos, son personas que no siguen un razonamiento, sino que sin darse cuenta actúan como en una secta en el que el gurú puede ser alguien que publica un video en Youtube o, simplemente, que lo ha leído en un libro. Sea como sea, esas personas carecen de la motivación auténtica por saber la verdad, de tal manera que su objetivo final no es saberla, sino “estar por encima de los demás” a base de ser más originales en sus teorías o creencias. Y a todo ello, hay que añadir otro hecho psicológico que suele acompañar a ese tipo de personas; se trata de llevar la contraria por sistema: el espíritu de contradicción y el pretender ser más papista que el papa, cuando la realidad es que no sabe “de la misa la mitad”
      Todas esas actitudes empiezan a ser una carga y un lastre para la verdadera filosofía y ciencia. Afortunadamente, los verdaderos filósofos y científicos no se dejan influenciar por esas corrientes y siguen trabajando ignorando toda esa bazofia “cultural” que está invadiendo Occidente. A pesar de todo, sí es lo suficiente preocupante puesto que puede influir –y de hecho, influye- en gobernantes y políticos que pueden, a su vez, afectar a la población a través de sus leyes basadas en esas nuevas corrientes.
      De todos modos, tengo la esperanza de que la verdadera filosofía y ciencia prevalecerán siempre sobre la falsedad, el engaño y la irracionalidad. Y es que los resultados de la verdad siempre estarán ahí pudiendo ser comprobados por todo el mundo. Y lo que funciona es real. Al final, la verdad se mide, como muy bien ha apuntado Riskov, por sus resultados.

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    5. Gracias Bernat.

      Tu introducción a los conspiranoicos bien podría valer como una entrada. Conoces bien el tema; supongo que de habértelos encontrado.

      En la próxima entrada hablaremos más de ellos y de su frecuente acusación de que nosotros no somos escépticos como sí son ellos. No trataré sus conspiraciones, las cuales están bien analizadas en la red y son absurdas. No me interesa la "tierra plana", me interesa el terraplanista. Será una introducción a su psicología.

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    6. Uf, no me hables de conspiranoicos que día si día no tengo que lidiar con uno de mis hermanos. Él se considera escéptico pero lo que no sabe es que practica un escepticismo irracional donde los sesgos y las falacias están a la orden del día.
      Siempre he pensado que el motivo de este escepticismo irracional es el autorreconocimiento, la necesidad de alimentar su ego con la creencia de que ha sido capaz de encontrar una verdad que, por cualquier motivo, se nos oculta a los demás.
      Espero impaciente tu próxima entrada.

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    7. Hola Lamaedeltopo.

      Tienes el problema cercano. Paciencia.

      El escepticismo de los que no creen lo que no les gusta es selectivo. El verdadero escepticismo comienza por nuestros propios postulados.

      A todos, supongo, nos ha atraído alguna vez poseer conocimiento mistérico, aquel destinado para una pequeña élite escogida y vedado al resto de mortales. Tu hermano lo tiene pero, para su desgracia, es solo una sensación. A no ser que aporte pruebas que sean de mayor peso que las contrarias.

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  2. El escepticismo es también parte del método científico. Dudar de la validez de teorías científicas establecidas es esencial para encontrar otras mejores, y se incentiva a hacerlo con la expectativa de premios (como el Nóbel) y otros reconocimientos. Naturalmente se generan disputas, pero eventualmente son resueltas por el peso de la evidencia empírica.

    En cambio, los escépticos dentro de sectas o religiones organizadas pueden ser castigados por desobedecer a la "autoridad". No hay un referente objetivo que permita dirimir las discrepancias.

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    1. No debería hacer falta ese comentario tuyo, Jack, por la evidencia de su contenido. Sin embargo, ante la estulticia de algunos usuarios que aparecen por aquí, quizás haga falta repetirlo, sobre todo, lo de que los desobedientes son los díscolos que se salen del rebaño. Las sectas, en realidad, no permiten tener criterio propio y pensar por sí mismo, sino que lo que quieren es obediencia ciega, si no, se les hunde el chiringuito.

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  3. El escepticismo llevado a sus últimas consecuencias nos lleva a dudar de lo que percibimos por los sentidos (ver, por ejemplo, la duda metódica cartesiana).
    ¿Es real lo que percibimos?
    Si seguimos el razonamiento lógico de Parménides de Elea, el cambio no es posible y es ilusorio.

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  4. Aunque casi podrían ser sinónimos, a mi me gusta diferenciar entre escéptico e incrédulo.

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    1. El incrédulo estaría mucho más cerca del escéptico radical. En nuestro caso, ya hemos dicho que seríamos escépticos racionales.

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  5. Copio íntegro un reportaje sobre los Testigos de Jehová porque es de pago y no os saldría:
    https://www.elmundo.es/papel/historias/2022/11/21/637bb1a7e4d4d848558b45d3.html

    Ex Testigos de Jehová contra la "secta" en España: "Fui abusado sexualmente y lo ocultaron, te matan en vida".
    "Te matan en vida". "Te dicen que lo de fuera es Satanás". "Sufrí violaciones durante un año siendo niña". "Tienen tribunales parajudiciales". En primicia, los 35 testimonios contra el culto en la demanda que la confesión ha interpuesto contra la Asociación de Víctimas en España, para "intentar acallarlos", dice su abogado, Carlos Bardavío.


    En una anónima y muy poco catedralicia sala de juicios de Torrejón de Ardoz, en la periferia de Madrid, se va a dirimir en las próximas semanas una cuestión probablemente tan vieja como el hombre. Un dilema grande como la vida -o al menos un atisbo de él-. ¿Existe la salvación o estamos condenados? ¿Hay algo después o todo termina con, ya saben, el largo adiós? Y más en concreto: ¿engañan y esclavizan unos hombres a otros con el supremo cebo de la vida eterna? ¿Realmente descarga dios, en este caso Jehová, su ciega ira sobre los infieles, o es todo una trola para hacer caja? Porque eso es lo que hay al fondo.

    En primer término hay una pendencia judicial. Un pleito, es cierto, inédito en la historia de este país. A un lado, los Testigos Cristianos de Jehová, la rama española de la congregación, en realidad una multinacional de matriz estadounidense, con sede en Nueva York. Al otro, quienes se dicen, en nuestro país, sus Víctimas.

    Con mayúscula, porque desde diciembre de 2019 se agruparon en una asociación también legalmente constituida y que, a través de redes sociales sobre todo, ha ido lanzando primero chinas, luego ya verdaderos pedruscos, contra el edificio de una confesión religiosa legal en España desde 1971, y que agruparía, según incomprobables datos propios, a cerca de 120.000 adeptos en el país.

    «Aquí hay de todo, según los testimonios que aportamos al juzgado: abusos sexuales perpetrados dentro del grupo, manipulación, marginación, discriminación por motivos de género, intentos de suicidio...», recita Israel Flórez, presidente de la asociación, él mismo testigo hasta hace seis años, y uno de los 35 testimonios que las víctimas blanden para justificar ante su señoría que sí, que sus derechos se ven coartados por las «prácticas sectarias», denuncian varios de ellos, del culto.

    Que incluyen, siempre según las declaraciones, «tribunales parajudiciales», los llamados comités de ancianos (los sacerdotes de este credo), que hacen justicia divina en los conflictos entre los siervos, compeliéndoles a no ir a la Justicia ordinaria, la de los denominados «mundanos», por ser agentes de Satanás.

    Y que tienen como cláusula de cierre un crudo mecanismo coercitivo: la llamada «muerte social». Si un testigo abandona, todo su entorno está obligado a darle la espalda, a dejar de hablarle e incluso de mirarle, porque esa persona pasaría a ser, para los fieles, una tentación del demonio. Un infierno de silencio para personas que, siempre según los críticos, cuando están dentro del culto son forzadas explícita o implícitamente a relacionarse sólo con otros fieles.

    Los testigos, estas parejas siempre muy atildadas que venden la salvación puerta a puerta, y que explican al transeúnte que cuando llegue el fin del mundo el Altísimo sólo salvará a sus adeptos, pasan en realidad por dificultades en todo el mundo desde que tuvieran que asumir en Australia, en 2015, que ocultaron más de un millar de casos de abusos sexuales. Y también, apunta Flórez, «desde que internet imposibilita ya que engañen a la gente tan fácilmente como antes: ahora se sabe todo en todas partes».

    Las políticas que tiene esta organización me han hecho intentar quitarme la vida

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    1. Sigue:

      Pero se defienden. En España, desde sus oficinas centrales en Ajalvir (Madrid), denominadas en su jerga con el nombre bíblico de Betel, han demandado por intromisión en su derecho al honor a la asociación de víctimas, que intentará demostrar, ante una jueza muy motivada por la cuestión, la de Instrucción 1 de Torrejón, que puede denominarse como tal.

      No se denuncia, ojo, una agresión a la libertad de creencia, ni ofensa al sentimiento religioso, sino daños a su imagen: «Son difamaciones que generan animadversión contra un culto minoritario que no hace daño a nadie», explica a este diario Joan Comas, portavoz. «Hemos sufrido ataques vandálicos y de odio en nuestros salones del reino», las iglesias de este culto.

      «Respetamos la libertad de expresión, pero todo tiene un límite». Explica que lo que las «víctimas» denuncian como justicia paralegal son sólo tribunales de la fe que valoran «si se ha cometido un pecado», pero que «en absoluto se disuade a nadie de acudir a la justicia ordinaria, al contrario».

      Niega también que se aboque a la «muerte social» a sus renegados, pero matiza: «Es decisión personal de cada feligrés cómo tratar a una persona que ha dejado de ser testigo de Jehová».

      PAPEL ha tenido acceso en exclusiva a los 35 testimonios de víctimas aportados a la causa -12 de ellos declararán ante el juez- por su letrado, uno de los mayores expertos jurídicos en sectas de España, Carlos Bardavío.

      Una de las historias más poderosas es la de G.P. -ocultamos los nombres para proteger las identidades-, un concentrado de las tropelías que las víctimas denuncian en la organización. «Fui abusado sexualmente dentro de los testigos por parte de un anciano y lo ocultaron, estoy en un procedimiento judicial con respecto a estos hechos en Plaza de Castilla», dice G., que aseguran a este periódico: «Te matan en vida».

      Dice, en su escrito al juez: «Soy homosexual, y los testigos no lo aceptan. Tengo trastorno mixto de la personalidad y los ancianos me trataban como a un retrasado mental. Las políticas que tiene esta organización me han hecho intentar quitarme la vida. La dejé en marzo de 2019 sabiendo las consecuencias, pero nunca pensé que fuese tan radical. Fui testigo durante 30 años. La pérdida de mis amigos de toda la vida, de mi familia, ver gente que no te saluda y que te etiqueten como colaborador de Satanás es lo que te enseñan".

      Sigue este testimonio: "Ver que, de la noche a la mañana, amistades construidas durante 10 años se destruyen como robots cuando el anciano sube a la plataforma y habla de ti te hace sentir como si te estuvieras muriendo. Llevo años a tratamiento psiquiátrico y psicológico, tomo una macedonia de 14 pastillas al día, me orino en la cama casi todos los días, en el sexo cuestan las erecciones. Cuando te desasocias después de 30 años es como volver a nacer, no tienes a nadie que te guíe. Tuve, además, dos intentos de suicidio por la muerte de mi madre», una mujer que se negó a recibir transfusión, explica, como dicta la doctrina de Jehová. «Al final no quieres seguir sufriendo y sí suicidarte. No quieres morir, pero sí dejar de sufrir».

      S. L. P. es una mujer que sufre, con 10 años, anorexia nerviosa y «los ancianos me decían que eso rozaba con las leyes de Jehová, porque no valoraba la santidad de la vida». Con 17 años comienza a trabajar para otro adepto mayor, que acababa de perder a su hijo en un accidente de tráfico y que convence a los padres de ella. «Él prometió cuidar de mí», explica, estando aún aquejada de anorexia y «emocionalmente inestable». «Un año después comenzó a propasarse conmigo, diciéndome que estuviera tranquila, que lo hacía por cuidarme».

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    2. Sigue:

      «Estuvieron una semana deliberando. Me decían: 'Jehová está moviendo los asuntos'. ¿Qué asuntos? Si esto es una vulneración de mis derechos fundamentales». El presunto agresor campaba luego con tranquilidad por la organización, cuenta: «Le dijo a mi padre que yo ya era mayorcita para saber qué hacía. Los ancianos le decían a mi padre que había aguantado muy bien». S. dice sufrir, de resultas de todo, una importante disfunción sexual, y su pareja en aquel momento, cuenta, «no sólo no me entiende, sino que se compara con el agresor». S. dice no parar de pensar «cómo se sentirá mi Dios ante tanto abuso de poder, un atentado a él». No ha abjurado de Jehová. Sólo de su «presunta» iglesia.

      M. S. «tenía siete años y mis padres estaban divorciados cuando mi madre y mi hermano empezaron a ir a las reuniones y llevarme contra mi voluntad».

      «Desde pequeño me inculcaron el miedo de que si no asistía a las reuniones sería considerado mala persona y Dios me destruiría. Recuerdo vivir atemorizado, lloraba en mi habitación pidiéndole perdón a Dios, no quería que acabara con mi vida», escribe en el texto enviado al juzgado.

      A los ocho años su madre le deja a pasar un fin de semana «con una mujer de la congregación que insistió en que me quedara con ella». «Recuerdo cómo ya a la noche ella me empezó a decir que yo era muy guapo, y que si ella me parecía guapa. Le dije que sí, y me dijo que cuando cumpliera 18 años nos casaríamos, ella me esperaría. Yo iba a dormir en el sofá, porque la casa era pequeña, pero vino y me dijo si quería dormir con ella. Dije que sí, pero la condición es que estuviera desnudo. Le dije que no porque me daba vergüenza que me viera desnudo, no entendí la gravedad del asunto. No insistió».

      «Luego, mi madre me amenazó con no dejarme ver a mi padre si no seguía en los testigos, y también cuando ella sufrió cáncer: me pidió que siguiera como su última voluntad, pero luego superó la enfermedad. Los ancianos de la congregación me prohibieron tener amistades fuera de la congregación, porque la gente de fuera eran 'mundanos' y estaban controlados por Satanás. Puede parecer una tontería, pero cuando te crías en un ambiente tan tóxico te lo crees totalmente».

      «Con 17 años me prohibieron relacionarme con nadie que no fuera testigo y estudiar cualquier cosa que no fuera la literatura de la congregación, so pena de cometer apostasía». Si cometía este pecado, sería expulsado y «nadie de ese entorno podría hablarme». Es decir, perdería todo su entorno.

      Finalmente fue expulsado. «Fue mi hermano quien me comunicó mi expulsión, y me dijo: 'Hoy, para mí, mi hermano ha muerto'. Colgó y no ha vuelto a contestar a mis llamadas ni a mis mensajes. Tiene totalmente prohibido hablar conmigo, de lo contrario sería expulsado y le pasaría lo mismo que a mí». «Durante los siguientes tres años estuve solo, sin amigos ni familia. Sufrí una depresión que me hizo adelgazar 26 kilos. Sólo he podido salir adelante gracias a mi abuela, que ha sido mi gran pilar».

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    3. Último:


      P. G. nace en una familia «en el seno de la secta» hace 50 años, y es expulsada con 24. Su «pecado»: tener relaciones sexuales -«no completas»- con su entonces novio, también en la confesión, por lo que fue tachada por un «comité de ancianos» de «fornicadora impenitente» e «insumisa» en «un juicio totalmente abusivo, machista, injusto y destructivo para mi autoestima». Resultado: «A mi pareja le prohibieron hablarme y perdí todo contacto con él. Terminó casándose con otra. Lograron separarnos».

      «Tuve un intento de suicidio justo antes del juicio: lo peor que te puede pasar en esa secta destructiva es que te expulsen, aíslen y prohíban todo trato social y familiar, le has fallado a Dios y mereces el castigo».

      Habla Carlos Bardavío, el abogado: «Muy pocos de estos casos, apenas cuatro o cinco, han sido denunciados en la Justicia ordinaria, y esto es lo que buscan con esta demanda: amedrentar a sus críticos, externos pero también internos, porque una de las declarantes aún está en la confesión. Ellos se amparan en la libertad de conciencia, pero tratan de coartar la libertad de expresión de los demás, cuando dentro de su propio culto ellos denostan otros, diciendo que todo lo que hay fuera de ellos es Babilonia La Grande».

      En las declaraciones, por ejemplo, I. C. G. escribe una medida e incluso hermosa misiva al tribunal narrando cómo la doctrina de los testigos «robó mi infancia, me aterrorizó por un pánico constante a que todo terminara, y me abocó a recibir ayuda psiquiátrica de por vida». Menciona por su nombre a un amigo homosexual que «intentó suicidarse por no encajar». Extracta los que cree son puntos fundamentales de «esta secta criminal». «Hay pensamiento dirigido, porque no creen que puedas pensar por ti mismo. Hay doble moral, porque muchos ancianos o son adúlteros o pederastas. Hipocresías, señalamiento social, hipocondria y enfermedad mental. También problemas sexuales, porque todo es pecado. E incoherencias, porque a lo largo de los años la literatura va cambiando. En realidad alientan al suicidio físico y moral».

      P. M., de 51 años y hasta los 45 dentro del culto, cuenta cómo la «alienación» de crecer apartado de la celebración de todo festejo -no pueden celebrar cumpleaños ni navidades- le acabó generando «una enajenación mental que duró décadas». Describe también la «explotación infantil» de ir predicando de puerta a puerta «por obligación», llegando a hacer con 12 años «60 horas de predicación mensual».

      Todo esto, o parte de ello, se declinará ante la autoridad judicial de Torrejón para poner luz en España a un negocio, el de la Watch Tower Bible And Tract Society of Pennsylvania, que así se llama la sociedad que dirige el culto, que tiene en lo inmobiliario y lo editorial sus principales activos a nivel mundial, aparte de los diezmos y las herencias de millones de feligreses en todo el mundo.

      El propio Israel Flórez contará su propio infierno -«sufrí abusos con cinco años dentro de los testigos»-, pero también el de su familia: el suicidio de su hermana. «Era testigo, pero se fue desvinculando y quiso volver tras haberse divorciado, un poco por mis padres, que estaban ayudándola. Pero no le dejaron. Por divorciada. Le hicieron comités judiciales, la sojuzgaron. Entró en espiral negativa, se terminó suicidando». Se detiene un segundo. «Los testigos dicen que no han registrado un solo suicidio en España desde 1971».

      FIN.

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  6. A mi es que todo esto de los Testículos de Jehová me interesa más bien poco tirando a nada. Lo único es poner en evidencia cómo actúa esa secta y el daño que hace, pero no olvidemos que no dejan de ser "hijos" de la otra secta, la mayor, que tampoco anda falta de escándalos y actos totalmente reprobables, de tal palo, tal astilla.

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    1. Nehemias te has vuelto el bufon del grupo. No aportas ningun argumento valido, y ya ni eres capaz de defenderte minimamente decente.

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    2. Pero es que nunca respondes con argumentos cuando se acusa a los testigos con algo serio como Riskov lo hizo.

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  7. Tus argumentos son extremadamente vacuos, vacios, infantiles, sesgados, y sumamente pateticos y eclipsados por el oscurantismo mental que ha impuesto tu secta sobre tu mente.

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  8. Lo dicho, me interesa muy poco. Lo del juramento, bueno, eso sale en la Bíblia, en Génesis no se cuantos. Lo de etimología, la raíz latina "testis", ha dado lugar a muchas palabras, pero en latin significa "testigo", más bien sería al revés, según la RAE, ya que la octava acepción de "testigo" es "tésticulo", no al contrario. A quien le interese, que no es mi caso, hay por Internet debates sobre el tema, tan poco productivos como lo que estoy escribiendo ahora mismo aquí.

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  9. Es lo único que puedes hacer: el "y tú, más". Criticar el mundial de Qatar, para ocultar lo que ocurre en los T. Jeovhá, es patético. Como dice Keywer, no tienes argumentos ni sabes cómo defenderte. O una de dos: o estás tan alienado como cualquier otro TJ a quien le han lavado el cerebro, o eres un hipócrita que esconde la realidad que sabes y que no quieres perder tus privilegios.

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  10. Aportaciones que han mejorado nuestra vida? ...Y ahora nos anuncian que aumentarán los casos de cáncer! Después de tanta investigación, siguen achicharrando a la gente... De que hablas?

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