2023-05-08

358.- Crítica al agnosticismo


Autor: Bernat

Si bien es cierto que el agnosticismo es una postura prudente por parte de quien diga que no tiene suficientes datos para afirmar o negar la existencia de Dios, no es menos cierto que dicha postura dista mucho de ser racional en la actualidad. Alguien a quien no le hubieran hablado nunca de Dios no podría ser más que ateo, y sólo la influencia de la religión –sobre todo en la infancia- permite que algunos no puedan desprenderse de esa fuerza mística y misteriosa que irradia la idea de Dios.

Hay razones de sobra para negar la existencia de tal ser. Pero el respeto que infunde esa idea –una "idea-trampa"- es demasiado fuerte para algunos, que temen caer en una imprudencia al negar la posibilidad de un ente que sólo la ignorancia y la superstición pueden sustentar.

Negar la existencia de Dios no tiene parangón con negar, por ejemplo, la existencia de seres inteligentes extraterrestres. La prudencia que obliga a suspender el juicio respecto de extraterrestres es racional, ya que nosotros mismos somos los referentes existenciales de tales seres, mas no existe ningún referente existencial de "sustancia inmaterial con entidad propia" y que, además, sea capaz de crear lo material. Eso es una locura ontológica por su misma contradicción. No sólo se tendrá que explicar cómo lo inmaterial puede crear lo material, sino cómo puede existir una inteligencia, una conciencia o una mente impregnada de teleología sin soporte material y con un potencial creador infinito.

Aunque ya esté demasiado manoseado el ejemplo hay que insistir en que la prudencia propia del agnosticismo es infinitamente más irracional que la postura de quien suspendiera el juicio ante la afirmación o negación de la existencia de todos aquellos seres inventados por el hombre con la pretensión de que sean realidad o no. Esto es, tanto si son mitológicos como si se cree realmente en ellos, tales como los Reyes Magos, Papá Noel, el Ratoncito Pérez, las hadas, los gnomos y un largo etcétera.

Los agnósticos y los creyentes no soportan tales comparaciones, e incurren frecuentemente en la descalificación del ejemplo por considerarlo poco serio, dando a entender que Dios es algo especial que merece un tratamiento distinto al del resto de seres mitológicos. Dicho tratamiento "especial" incurre en una clamorosa petición de principio al considerar a un ente -del que no se conoce lo más mínimo- como diferente de cualquier otro del que tampoco se conoce nada, sino sus fantásticas atribuciones hechas por la mente humana que no tienen por qué constituir por sí mismas un aval ontológico de menos categoría que los que se atribuyen a Dios. Dicho de otra manera: si no se conoce nada de Dios, no es legítimo afirmar que ese ser es especial respecto de otras quimeras. La invención de un ser incluye todas sus atribuciones.

¿Por qué, cuando un agnóstico, pone en suspenso la existencia de un Ser creador lo define como un "Quien" y no como un "qué"?

Ese detalle es sumamente significativo, ya que quien crea en la posibilidad de una energía creadora que dio origen a todo lo existente, bien podría pensar en una fuerza física -como la gravedad, el electromagnetismo o cualquier otra- y no precisamente en un "ser". Esa es la influencia religiosa a la que me refería anteriormente y de la que los agnósticos todavía no se han podido desprender.

La idea de "ser" está cargada de connotaciones especiales que no son atribuibles a ninguna energía física inerte, sin vida, tales como conciencia, teleología y otros antropomorfismos inaceptables.

Negar lo irracional, lo absurdo, lo contradictorio, lo metafísico y todo lo que se opone a lo verosímil, es casi una obligación por parte de aquél que se considere intelectualmente honrado y no quiera engañarse. No valen excusas como que no podemos negar la existencia de lo desconocido. Ese "desconocido" no es tan desconocido en un mundo científico y tecnológico como el de hoy, puesto que los mismos avances de la ciencia impiden, cada vez más, dar cabida a seres imaginarios con propiedades más bien propias de los cuentos infantiles.


17 comentarios:

  1. Chapó Bernat.
    Siempre he visto al agnosticismo como un "quiero y no puedo", algo cobarde, que prefiere ponerse de perfil y no mojarse.

    Renzo

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    1. Gracias, Renzo. Lo de "cobardes" no lo llamaría así. Creo que muchos agnósticos lo son porque no han profundizado lo suficiente. Los hay que son agnósticos porque no han podido sustraerse al enorme influjo que ejerce en su interior el adoctrinamiento en la infancia. Hay personas que se quedan a mitad de camino en su indagación en esos temas, quizás porque no les interese, no les importe, o consideran que no vale la pena investigar.

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  2. Los que hemos leído muchos argumentos sobre el tema ya sabemos que los dioses de las religiones importantes son irracionales y que el único camino razonable es el ateísmo. Sin embargo, voy a romper una lanza a favor del agnosticismo: en el caso de un Universo Mátrix o similar sí tendríamos una deidad “informática”. Esta tendría otras características no perfectas. El agnóstico podría salvarse.

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    1. En el caso de Matrix, los dioses serían máquinas que, a su vez, habrían sido diseñadas por seres inteligentes, pero aún así, dista mucho de que dichos seres puedan ser considerados dioses tal como los consideramos hoy. Solo por el hecho de que "dios" es un ser inmaterial y primera causa, ya no podría tranquilizar al agnóstico.

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  3. ...mas no existe ningún referente existencial de "sustancia inmaterial con entidad propia" y que, además, sea capaz de crear lo material. Eso es una locura ontológica por su misma contradicción. No sólo se tendrá que explicar cómo lo inmaterial puede crear lo material, sino cómo puede existir una inteligencia, una conciencia o una mente impregnada de teleología sin soporte material y con un potencial creador infinito.

    Concuerdo. El mundo material existe y con ese mundo es suficiente. El universo que conocemos surge desde un substrato subatómico simple y evoluciona hasta producir, tras mucho tiempo y en regiones muy particulares, cerebros complejos capaces de pensar y de crear objetos, incluso réplicas de sí mismos que los superan en ciertas tareas.

    Postular seres inmateriales capaces de pensar e interactuar con el mundo físico va en contra del Principio de Parsimonia y de la evidencia científica. Quienes defienden la existencia de esos seres tienen la carga de la prueba.

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  4. Hombre Bernat, dije "algo cobarde", que no pretendía ser un insulto, pero lo puedes cambiar por "políticamente correcto". En mi experiencia, los agnósticos que he conocido siempre jugaban a querer quedar bien, tenían más interés en dejar claro que no eran ateos, que en argumentar y defender su agnosticismo.
    Yo es que la gente que va de conciliadores y buenistas por encima de cualquier cosa, los veo como que no son "ni chicha ni limoná", y recuerdo lo de "Señor, líbrame de mis "amigos" que de mis enemigos ya me encargo yo".

    Renzo

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  5. Es posible que algunos ateos se camuflen como agnósticos, especialmente si el ateísmo es mal visto en su época o región del planeta. Algunos personajes famosos que probablemente han usado esa estrategia son Bertrand Russell, Carl Sagan y Neil deGrasse Tyson. Los prejuicios morales contra los ateos los llevan a presentarse como agnósticos; de esa forma evitan conflictos con amigos, familiares y colegas.

    Otras personas pueden considerar que las posiciones de ateo o creyente son extremas y dogmáticas, mientras que "agnóstico" es equivalente a "reflexivo", "intelectual": "he pensado mucho en este tema y no veo evidencia sustancial en uno u otro sentido". (A mí me parece que no ha pensado mucho). Aunque se hayan escrito millones de páginas sobre el mundo sobrenatural y los seres que lo habitan, la evidencia a su favor sigue siendo nula.

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  6. "Es posible que algunos ateos se camuflen como agnósticos, especialmente si el ateísmo es mal visto en su época o región del planeta."

    Cierto Jack, en esos casos sería comprensible, habría que ponerse en su piel.
    A los que me refiero es a los del segundo párrafo de tu comentario, que parecen más preocupados por dejar claro que ellos no son ateos, que en argumentar porqué son agnósticos.
    Cuando me he encontrado alguno de esos en un debate, suelen dedicarse a echar una de cal y otra de arena y querer mostrarse equidistantes entre el ateísmo y la creencia o incluso mandar más guiños a los creyentes como diciendo "yo no soy como los ateos, no creo como tú, pero respeto tus creencias". Y es que parece que no acaban de entender que a las creencias irracionales no hay porqué respetarlas, es más, algunas no deben respetarse por pura higiene intelectual y profilaxis social.

    Renzo

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    1. ¿No son esos a los que G.Bueno llamaba "ateos vergonzantes"?

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  7. Sí Bernat, podría valer. El mismo reconocía que el término lo sacó de Engels, era la época en la que a Bueno aún no le patinaban las meninges ni estaba gagá.

    Renzo

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    1. Dices: "a quien no le hubieran hablado nunca de Dios no podría ser más que ateo". No veo el argumento. No es así. Es como decir que el estado de negación es típicamente humano, cuando es el estado de ignorancia y curiosidad ,no el estado de negación, el que conduce al humano a la investigación. Si fuera el estado de negación permaneceriamos como en la edad de piedra, sin investigar, pues no se investiga lo que se niega de antemano. C. Oriental

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    2. Tienes razón si defines "ateo" como el que niega a Dios, y es realmente la definición correcta. No obstante, aquí utilizo la acepción de "sin dios" que también, según el contexto, es válida.

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    3. Renzo: ¿Acaso hubo algún momento en que a Bueno no le patinaran las meninges? Si es así, no conocí ese período. Je, je.

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  8. La curiosidad no tiene que llevar indefectiblemente a la idea de un dios ni a creer en lo sobrenatural.
    Ser ateo es no creer en dioses, punto, no hace falta más. Que desde esa posición se racionalice la negación de la posibilidad de existencia de dioses y, por extensión, de lo sobrenatural, sería una consecuencia del ateísmo digamos ( y que no se tome como prepotencia ) "ilustrado", "científico"...

    En todo caso, creer en dioses ( o en Dios, me da igual ), no es muestra de haber superado ese estado de ignorancia que menciona C. Oriental.

    Renzo

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  9. Quizás este sea el comentario más inútil que se ha hecho jamás en un blog; escribo para deciros que no tengo nada que aportar, lo cual os agradezco enormemente puesto que he disfrutado leyendo tanto la entrada como los comentarios. Gracias por compartir vuestro culturón.

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  10. Un par de grageas.
    Vinieron a mi puerta, no ha mucho, un par de señores en mangas de camisa (pero con corbata), a convencerme de que la lluvia es producida por los duendes. Y que la prueba irrefutable de su existencia es la misma lluvia. El razonamiento me pareció impecable.
    El inmortal folclorista Atahualpa Yupanqui, ateo confeso, tenía una respuesta elegante al estilo de las que cita Jack. En un recital supieron preguntarle desde la platea si era creyente. Y Yupanqui respondió: "¿creyente?, no m'hijo, yo soy dudante".

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