Dedicado a presentar argumentos para refutar las pretensiones de quienes se erigen como representantes o intermediarios del "creador del universo", y que desde esa posición ilegítima intentan dictar normas y controlar la vida de sus congéneres.
2013-11-26
82.- Conducta humana y determinismo
Autor: Bernat
La incomprensión ante hechos flagrantemente malvados por parte de ciertos humanos, sólo puede tener explicación a la luz del determinismo y de la aceptación del mecanicismo del comportamiento humano. La libertad no puede explicar, en absoluto, las conductas maquiavélicas en las que una persona equilibrada no incurriría nunca; la capacidad de elección libre no nos dice porqué alguien puede cometer un asesinato a sangre fría, o puede torturar sin sentir la más mínima compasión por la víctima. Desde la igualdad de circunstancias no se pueden dar conductas tan diametralmente opuestas que únicamente pueden ser explicadas a través de la psicología patológica de algunos individuos que, al ser tan diferentes del resto de la sociedad, ponen de manifiesto la aparición de circunstancias ajenas que no se hallan en la persona considerada equilibrada.
2013-11-19
81.- La fe no tiene cabida en la ciencia
Autor: Jerry A. Coyne
Una táctica común de quienes afirman que la ciencia y la religión son compatibles es argumentar que la ciencia, al igual que la religión, se basa en la fe: fe en la veracidad de lo que observamos, en las leyes de la naturaleza o en el valor de la razón.
Daniel Sarewitz, director de un centro de política científica en la Universidad Estatal de Arizona y colaborador ocasional de Slate, escribió lo siguiente acerca del bosón de Higgs en las páginas de Nature, una de las revistas científicas más prestigiosas del mundo: "Para quienes no pueden comprender las matemáticas, la creencia en el Higgs es un acto de fe, no de racionalidad".
2013-11-15
2013-11-07
79.- Dependencia de la salvación
Autor: Bernat
Es alucinante pensar que la supuesta "verdad" sobre Dios depende de interpretaciones tan subjetivas como irracionales de unos cuantos "expertos" en descifrar la mente de Dios. Pero, más curioso es que, por una parte, se afirme saber cuál es esa voluntad divina y, por otra, que se diga que "los caminos del Señor son inescrutables" o que "la mente del Señor es inalcanzable".
Esa ambigüedad ha hecho posible dirigir a las masas por parte de las jerarquías eclesiásticas, domeñándolas como rebaño ingenuo. Así, si se pregunta por la voluntad de Dios se responde: "doctores tiene la Iglesia", pero si se pregunta algo que es incomprensible ante los ojos de la razón, como es el problema del mal, se contesta con la ya señalada evasiva ya citada acerca de la inescrutabilidad de los caminos de Dios.