251.- ¿Cómo enfrentaría Stephen Fry a Dios?

Stephen Fry es un famoso comediante, actor, director y escritor británico. En la siguiente entrevista responde a la pregunta del título.

Supongamos que tras la muerte resulta que todo era verdad, que llegas a las puertas del Cielo y te enfrentas a Dios. ¿Qué le diría Stephen Fry a él, o a eso?

Básicamente le diría: ¿Cáncer de huesos en los niños? ¿Con qué propósito? ¡Cómo te atreves! ¿Cómo te atreves a crear un mundo en el que existe tanto sufrimiento del que no somos culpables? ¡No está bien! Es absolutamente malvado. ¿Por qué debería respetar a un dios caprichoso, malvado y estúpido que crea un mundo tan lleno de injusticia y dolor?

Eso es lo que le diría.

¿Y crees que podrías entrar?

No, pero no querría entrar, no bajo sus reglas. Están equivocadas.

Enlace a la entrevista.

Ahora, si muriera y encontrara a Pluto, Hades o a los doce dioses griegos, tendría más posibilidades de aceptarlos, porque los dioses griegos no pretendían ser diferentes a los humanos en sus apetitos, en sus caprichos y en su irracionalidad; no se presentaron a sí mismos como seres omnipresentes, omniscientes y omnibenevolentes; porque el dios que creó este universo (si fue creado por un dios) es, claramente, un maníaco, totalmente egoísta.

¿Tenemos que pasar nuestras vidas de rodillas, agradeciéndole? ¿Qué clase de dios haría eso?

Sí, el mundo es espléndido, pero también tiene en él insectos cuyo ciclo de vida completo consiste en alojarse en los ojos de los niños y dejarlos ciegos. Se comen los ojos desde dentro. ¿Por qué lo hiciste? ¿Por qué? ¿Por qué nos hiciste eso? Podrías haber hecho fácilmente una creación donde eso no existiera. Simplemente no es aceptable.

Por lo tanto, el ateísmo no se trata solo de no creer que existe un dios, sino, suponiendo que exista uno, ¿qué tipo de dios es? Está perfectamente claro que es monstruoso, absolutamente monstruoso y que no merece ningún respeto en absoluto. En el momento en que lo destierras, tu vida se vuelve más simple, más pura, más limpia, más merecedora de ser vivida, en mi opinión.